I

Nos reconocimos de inmediato en medio de la multitud,
nuestros ojos quedaron enganchados,
tanto y tanto tiempo que tuvo que pasar para que hiciéramos contacto.

Nos reconocimos en la mirada, en la sonrísa, en los labios
y la arrolladora pasión fusionó nuestros cuerpos
como desde hacía mucho lo veníamos ansiando.

En la eternidad sellamos nuestro pacto de estar separados
hasta que el momento propicio fuera el adecuado,
de estar juntos hasta que el plan divino en nosotros
se llevara a cabo
y de volver a separarnos aunque, sin saberlo, ya estaba decidido
que fueras tú quien debía irse de este plano.

Me esperarás...volveré a ti donde las chispas divinas gozan del descanso
para hundirnos otra vez en ese infinito amor que en la noche eterna
tejerá otro destino donde, con otro cuerpo y otra piel, volvamos a amarnos.

II

Tardamos en reconocernos,
el tiempo junto a las palabras avivó nuestros recuerdos.

Estuvimos juntos en otra realidad, aunque me costo entenderlo,
y al momento de la decisión la razón dejó paso al corazón
para saber que no debía dejar pasar el momento.

Nos debíamos esta vida, este amor de compartirlo todo
aún el aire que da vida a nuestro aliento.

El pacto sellado prometía el mismo lugar y el mismo instante
para que se produjera el reencuentro.

Escrito en nuestro libro eterno descansa la hora incierta
en que las almas se hallaran libres del cuerpo,
volviendo a ser partes del todo para hundirnos en el reposo eterno
y como el ave fénix resurgir de las cenizas que se han esparcido
en distintas vidas a través de los tiempos.

III

Clavaste tus ojos en los mios como si me conocieras,
me hizo sentir incomoda esa actitud tuya de querer ver
más allá de las simples apariencias.

El día a día y el silencio me iban acercando a que por fin un día,
como si lo presintiera siempre,
la verdad apareciera
cuando se cayó el velo que escondía lo que siempre
supo y esperó mi alma eterna.

Pero no es este el momento, toda mi atención está centrada en otra tarea,
en esta vida y con otra alma que,
al igual que tú en otro momento y en otro lugar, hoy me complementa.

Mente a mente las palabras ya se han dicho,
mente a mente los cuerpos se reconocen, se fusionan, se aman...se desean.

En el pecho las sensaciones se acumulan y los suspiros, nunca escuchados,
se estancan tristemente en la memoria.

Te promete el espíritu que, no será hoy, llegará el día en que juntos despertemos a la aurora
con palabras, con caricias, con gemidos que serán el sello ardiente e indeleble en nuestra historia.

Me encontraste, llegué a reconocerte y a sentirte en secreto
llenando mis pensamientos y mis horas,
dejando ambos que los acontecimientos separen nuestros caminos
y lo que tiene que ser se cumpla.

Nuestra sabiduría intacta decretó hace tiempo
lo que tiene que pasar para que nuestra oportunidad
vuelva a darse sin demoras,
para que el nuevo plan que se escribe en las estrellas
junte nuestras almas del mismo modo que hoy ellas se alejan y se añoran...

Volveremos a fusionarnos en el todo y nos recordaremos
sin ropajes físicos, sin nombres, sin falsos conceptos
que oculten el brillo de la fuerza y el amor
que es el origen de todas las cosas.

Enero 2010