La mina de oro (Continuación)

Una vez entregado el mensaje el espiritista se retiró y el padre de Brian no volvió a verlo nunca más......

El padre de Brian, comentó esto a unos amigos suyos, los cuales muy entusiasmados, decidieron hacer una expedición a la cuesta de Chacabuco, para ver si podrían encontrar el lugar, por último si no la encontraban sería una bonita aventura para vivirla.
En 1936 la única posibilidad de andar por la cuesta de Chacabuco, era a lomo de mula, así que se prepararon durante un año, ya que una expedición a ese lugar en 1936 no resultaría nada de fácil.
Una vez llegada la próxima primavera decidieron partir hacia el lugar.
Eran seis personas que anduvieron por la cuesta buscando esa mina de oro abandonada durante 15 días, hasta que encontraron un respiradero de la mina.
Bajaron por el angosto hoyo que iba serpenteando hacia abajo entre grandes rocas, unos 25 metros hasta llegar a un lugar mas amplio.
De allí muy cerca, encontraron un pasaje que descendía a un túnel grande, en el cual encontraron ropas de frailes, esqueletos y ropas de soldados que quizás se escondieron durante la batalla de Chacabuco, ocurrida en 1817, en la hacienda de Chacabuco, entre el Ejército Realista Español y el Ejército de Los Andes conformado por Chilenos y Argentinos, también encontraron algunos fusiles enmohecidos, escaleras viejas, cabos de vela y otros elementos, vestigios de actividades pretéritas en el lugar.
Caminaron por la galería de la mina hasta que se encontraron con un pique vertical, sobre el cual lanzaron una lienza con un peso en la punta con el fin de medir su profundidad, pero se acabó la lienza que tenía 100 metros y no tocó fondo.
Probablemente eso indicaba que la mina había sido muy explorada y explotada. Quizás ya no habría oro allí, pero lo interesante estaba en la información del oro acumulado cerca de la puerta de la mina y que los Jesuitas no se pudieron llevar.
Lamentablemente tuvieron que abortar la expedición, dado que uno de ellos de quebró una pierna y tuvieron que volver a Valparaíso....
Nunca más pudieron volver a intentarlo, pero ahora que su padre ya era viejo le confió esta información a Brian y él nos la contó a nosotros.
Muy entusiasmados por encontrarnos en las cercanías del lugar, nos organizamos en varios grupos para que, aprovechando los tiempos libres, pudiésemos dar continuidad a la búsqueda.

¡Así es como nos involucramos en esta aventura!
Durante aproximadamente un año estuvimos buscando la mina de oro de los Jesuitas.
Descansábamos en invierno por ser muy peligroso ir a ese lugar.
Todos nos reuníamos y aportábamos información acerca de los avances en la búsqueda.
Las teorías que se elaboraban eran diversas y contábamos con mucha tecnología que usábamos para conseguir nuestro fin.
¡El año 1971, un grupo descubrió un respiradero de la mina!
La noticia nos caló hondo. Parecía que la historia era cierta.....


Tursol