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Escribe: saperoco

Muy acertadas las expresiones de Borarje cuando, abordando el tema que propuse en esta página, habla de la sociabilidad como característica inherente a la persona humana. Y agrega: “vivir en sociedad requiere un orden, un mecanismo que regule la conducta de sus integrantes”. Refiriéndose concretamente a “esta sociedad literaria” recuerda la existencia de un reglamento escueto y poco claro que no ayuda mucho a la regulación del “comportamiento en el sitio”.

Lo propuesto por el compañero de aula, tiene un filón del que se podría sacar un gran provecho en beneficio del tema que nos ocupa. Está en juego, pues, como diría el jurista argentino Gustavo Romero: “la libertad, garantizada por el derecho, la seguridad jurídica que pone las reglas del juego a ese derecho y la justicia que es el valor mas alto para el ejercicio de la libertad y del derecho mismo.

La pregunta que surge a continuación es: ¿Qué pasa cuando ninguno de los tres valores son suficientes para vivir en armonía en una comunidad como la nuestra? Lo más probable es que surjan normas más severas con sanciones específicas que nunca se cumplan o sirvan de combustible para que se incendie el bosque o que el bosque termine siendo un pantano donde sólo puedan cohabitar las alimañas, Pero también es probable que el bosque no se incendie ni se inunde gracias a la intervención de los propios habitantes que sean los que se autorregulen y que, por un proceso de decantación desaparezca poco a poco todo lo que es dañoso o perjudicial para la existencia armoniosa de la comunidad.

Y, hablando de autorregulación, podría alimentarse aquella iniciativa común en el afán de darle respiro al ejercicio de la libertad de expresión, según la cual, los propios miembros de la comunidad conformaran un Comité de Ética que le de vigencia a la autorregulación. Lo dejo allí, esperando el inteligente aporte de quienes estén verdaderamente interesados en convertir a este grupo humano en un paradigma de comunidades literarias del planeta.

saperoco

Texto agregado el 16-02-2010, y leído por 284 visitantes. (11 votos)

Lectores Opinan


	20-02-2010		Cuentan los expertos que la mayor desgracia que podría ocurrir al Banco Mundial o al Fondo Monetario Internacional sería que todas las naciones pagaran sus adeudos con tales organismos financieros, a ello se debe que sus políticas hagan impagables los adeudos. Cuanto más les deban, incluso, cuanto más abultada sea la cartera vencida del FMI o del BM, más fuerza política tendrán en el mundo. Se aprecia entonces que su existencia no obedece a la nececidad de apoyar a las naciones pobres, como presumen. De la misma manera, comienzo a creer que la fuerza de la Página de los Cuentos no está en quienes ingresan con una motivación literaria. Tal parece que no se privilegia al que llega para compartir su obra con otros amantes de las letras, tal parece que los privilegios son para el que ingresa con intereses ajenos a la literatura. Quizá por ello, cada iniciativa que se presenta con la mejor voluntad de cambio -de un cambio positivo para mejorar- se queda como grito en el desierto, todas encuentran oídos sordos. Me niego a aceptar que -como alguien sugiere en los comentarios a esta iniciativa- loscuentos.net es semejante al mundo real, en donde hay seres positivos y seres negativos y todos tienen derecho a vivir, porque eso sería como vivir sin leyes, sin reglamentos, sin cuerpos de policía, sin prisiones... Y esa no es la realidad, afortunadamente. Esa realidad sólo se aprecia en La Página de los Cuentos, en donde la falta de controles eficientes ha dado por resultado un ambiente enrarecido, poco conveniente para mantener la línea que su creador debió imaginar al darse a la tarea de poner en nuestras manos esta gran herramienta para la sana convivencia y el desarrollo literario de sus integrantes. La creación de un comité de ética es una gran iniciativa, como lo es la creación de un reglamento claro, preciso para sancionar las malas conductas, sin embargo, de nuevo encuentran "oídos sordos". El silencio de quienes debieron hablar dice mucho. En la mùsica los silencios son tan importantes como los sonidos y aquí, los silencios han hablado y han hablado fuerte. Quizá, como ocurre en el FMI o en el BM, las "buenas intenciones" tienen doble fondo. Dejo cinco estrellas para la iniciativa de saperoco. borarje



	17-02-2010		Tanto el capítulo anterior como éste me parecen una espléndida reflexión sobre lo que esta página debería ser y muchas veces no es. Creo que la autorregulación es una bella utopía, imposible de alcanzar aquí. El concepto ni siquiera sería necesario en un grupo conformado por personas educadas, respetuosas y verdaderamente amantes de las letras. Pero esta página es un reflejo de la sociedad en la que vive, donde prima el ir contra todo y contra todos, porque así eres más interesante, te ríen las gracias, y el que se pique que coma ajos. La única respuesta posible, dado el libertinaje, es la indiferencia. Si no hay otra manera, un fuego se apaga por falta de oxígeno. Un saludo y un aplauso por su honesta y sentida reflexión. walas



	16-02-2010		Si cada uno de nosotros se propone llevar adelante lo que sueña en pos del bien de la página basándonos en el respeto para con nosotros mismos y desde allí hacia los demás.¡¡¡Qué lo logremos!!! almalen2005



	16-02-2010		Nada sirve, nada, me pesa decirle, sus buenas intenciones son importantísimas, su aporte mejor pero por donde entra sale en buen español. Acá el cero filtro, el hacer acceder a Pedro, Juan y Diego hacen de este lugar lamentablemente un bar de mala muerte donde conviven forajidos, desalmados y los que sirven el rasca buche, ese licor fuerte que raspa hasta el desconocimiento y los sumerge bajo el vaho, aún más de la ignorancia a los que moran por un rato; los callados están atrás en una mesa, cabizbajos para no ser tildados igual se mezclan entre ellos y la cosa muere en eso. El filtro no solo cuela la borra sino que eleva el lugar, poder contar por ejemplo con personas que tengan alguna trayectoria, que se les conozca cierta seriedad en este arte de la palabra, indudablemente sería lo ideal, pero como no estamos en el país de las maravillas hay que aguantarse con lo que hay. Si fuimos capaces de meternos en el bar sin armas en los muslos y tiparillo de por medio tendremos que hacer sendas cofradías, leernos entre nosotros y sacarnos del hombro las molestas pelusillas. --------------- Cinco estrellas por predicar en el desierto, darle duro aunque nadie lo escuche sino los que vemos claro, gracias. maria_eleonor



	16-02-2010		Si consideramos también ese principio del derecho que dice que una injusticia cometida contra un individuo es también una injusticia contra toda la sociedad, ayudará a esa autorregulación a la que tan egregiamente nos invita esta reflexión. Lo que perjudica a la convivencia en este espacio es la descalificación ordinaria y vulgar; la falta de elegancia en la expresión escrita, el bajo nivel cultural que pretende imponerse, no con el razonamiento, sino con la fuerza, bien del insulto o la difamación, o con la agresión continuada a los textos de un determinado usuario, ya sea con ayuda de sus múltiples nicks o con el pandilleo. Todos somos testigos de ese tipo de actuación por parte de algunas personas, incluso la Columna del miércoles, que desde su nueva andadura no ha hecho otra cosa que colaborar en este espacio literario con dedicación y puntualidad, bien con trabajos propios, reflexiones o artículos de gran interés. está siendo en permanencia tan agredida, como visitada por la comunidad de cuenteros. Una buena ocasión nos da nuevamente esta reflexión sobre qué es un portal literario, sobre qué trata el arte literario, y no es otra cosa que escribir correctamente sobre cualquier idea, tema o género. Porque eso es Literatura. Mi agradecimiento al autor de esta nueva reflexión, que espero ayude a los objetivos por los que se creó un día esta página de cuentos. maravillas

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