villa marginal.

Me encuentro en algún mercadillo surrealista en algún lugar de la capital,
todo alrededor es ofrico, con el hollín como maquillaje q pretende ocultar
el real esperpento de las viejas edificaciones,
el mismo hollín q exhalan los fierros crujientes y oxidados de lo q
en algún tiempo fueron automóviles. Giro en todas direcciones y veo gente oscura,
sin alma, sin belleza, sin esperanza, en realidad son entes sobreviviendo
a pesar de su voluntad, entre ellos ninguno tiene la voluntad de continuar viviendo,
al menos no de esta manera.
La oscuridad de estos seres es tal, q expectora cualquier indicio de virtud en ellos,
solo es posible de la existencia de lo negativo.
Sin embargo siempre existirá una salida, la generación de la vida se dio en un equilibrio,
el bien y el mal, podrían ser estos entes todo lo maléfico de la humanidad, su parte oscura? En contraparte, su bien propio, innato, la muerte. Su gran salida,
dejar de existir, su cobardía como parte de su oscuridad no permite
q den el gran paso a la liberación.
Va anocheciendo y todo se va haciendo mas lúgubre aun,
vuelvo la mirada y las caras cortadas de vulgares delincuentes,
cuerpos amorfos de corpulentas prostitutas de pelo corto,
un alcohólico durmiendo en la vereda sobre su propio vomito,
otra prostituta descargando su vejiga en una esquina, entre otros,
continúan con su eternamente rutinaria y lamentable existencia.
Alguien me pasa la voz, me dicen que llegaron clientes;
hay otra vida que tendré que interrumpir.

airM.