Con este texto participé en el último Reto (prosa)
Y aquel día me pregunté: ¿Por qué no hacerlo?
Evalué los pros y los contras de tamaña decisión y
finalmente, la balanza se inclinó hacia los primeros. Entre los
más destacados se sobresalían la parte económica,
fundamental para mi situación por aquellos días; la fama, mi
foto y nombre aparecerían en todos los medios; podría salir
de la rutina diaria de cumplir horarios, el trabajo de oficina me hastiaba;
sabría algo más de mi alter ego, con quien luché por
años sin llegar a conocerlo…
Entre los contra, tan solo encontraba el riesgo de no poder cambiar mi
vida en nada. Pobreza, ser solo un número en una sociedad que
siempre me había ignorado, continuar con la rutina día tras
día y seguir sin conocer a mi otro yo.
Una sola cosa no había evaluado. Necesitaba dar el primer paso y
para ello, debía obtener “algo de valor” de alguna parte. Fue un
medio vaso de whisky lo que movilizó mi mente y finalmente, mi
cuerpo se dispuso a abandonar el conventillo.
En un cajón guardaba un sobre conteniendo doscientos dólares
(única herencia que dejó mi padre). Fui a ver a un fulano que
por ese dinero me vendería un arma confiable y algunas balas. Hasta
me permitió probarla en un descampado, era perfecta. Pagué,
me fui al bar dónde el día anterior accidentalmente
había escuchado la conversación que mantenían cinco
hombres que conspiraban para matar al mafioso más conocido de mi
país.
El lugar estaba vacío. Pregunté al empleado por aquella
gente y me dijo, “seguramente están por llegar”.
En efecto. Al mirar el reloj de péndulo que colgaba entre dos
grandes espejos, reflejados en ellos los vi ingresar riendo a carcajadas.
Esperé que se sentaran, tomé una silla y ante la sorpresa de
ellos, me senté a su mesa.
-¡Yo puedo hacerlo! dije y dejé ver el arma abriendo un
botón de mi camisa.
Todos se miraron asombrados. Uno de ellos hizo sentar a otro que se
había incorporado llevando de inmediato su mano a la cintura.
Tomando la palabra me dijo:
- Me di cuenta que ayer nos escuchabas. Espero que tengas claro que si lo
haces, irás preso. Pero no te preocupes por ello, todo está
arreglado con el Juez, quedará como un crimen pasional y en tres
días quedarás libre.
La charla siguió. Recibí todos los detalles de cómo y
dónde hacerlo, unas horas más tarde me entregaron la mitad
del dinero so pena de muerte si no cumplía con lo pactado.
Supe que cuando allanaron el conventillo secuestraron la paga. Me
condenaron a perpetua. Mi otro yo se burla de mi todos los días.
Creo estar enloqueciendo… |