Recuerdo aquel dia en que te conocí
y te entendí.
Aprendí a amarte a pesar de ser así,
así como eres
Con tus blancas y tus corcheas,
con tus melodías disonantes
con tu sonrisa chueca
y esa mirada que ve siempre al horizonte.
Aprendí a quererte por ser quien eres
con tus locuras y tu extraña manera de soñar,
con tus metas locas
y tu corazón roto
con la dulce sinfonía de pensamientos confusos
que inventaba tu mente desde que te vi
por primera vez.
Entendí que debía aprender a amar,
a amarte más
y a conocerte.
Eres un misterio encerrado entre paréntesis,
una pausa en el tiempo,
un extraño sin espacio.
Eres tu propia versión del universo.
Eres esa máxima disparatada.
Eres la mixta ansiedad del amanecer y del ocaso.
Eres un claro de luna al medio día,
y el más brillante destello de luz
en la oscuridad de la noche.
Eres más que la imágen.
Tú eres la escencia.
Eres la vida que camina en medio de mís días.
Eres mis locuras y mi rutina.
Eres mil fragmentos del espejo en el espejo.
Eres la figura y el alma,
el garabato que dibujo,
mi poema que no rima.
Eres yo.
El que me mira desde el cristal,
el ser vivo que llamo yo.
Eres mi alfa, mi beta y mi omega,
tu principio y mi principio,
tu fin y mi fin.
Eres letras y agonía,
mis versos de cada día.
Quien escribe y quien se inspira,
y aunque me cueste entenderte
te amo por ser yo,
por amar como amas,
por sentir como sientes,
por pensar como piensas,
por vivir como vives.
Te amo por ser yo. |