Inicio / Cuenteros Locales / La_columna / Un poco de cotidianeidad II (de mi columna de los lunes, días difíciles si los hay) Por MCavalieri.
Caminás. Decidís comprarte zapatillas. Mirás un par de vidrieras. En una encontrás azules. Entrás. Las pedís en treinta y ocho. La dependienta te las consigue con una enorme sonrisa. “Probatelás” te dice en un tono demasiado familiar para tu gusto, mientras te empieza a describir todas las bellezas que, ni te imaginás, puede tener un par de zapatillas. “No, me las llevo sin probar” le contestás para ahorrarle y ahorrarte su explicación. Pero ella insiste y vos te acordás de tu amiga Marisa cuando te quiso explicar cómo se manejaba a las dependientas y te arrepentís de haberle cambiado de tema. Odiás probarte ropa y se lo decís. Te mira como si fueras un bicho raro no apto para entrar en su negocio.
En el trabajo adorás el silencio. Recibir los primeros rayos de sol entre la calma. Esa sensación de bienestar entre mate y mate es gloriosa. La gente entra y sale pero son como muñecos muy lejanos a tu mundo. La vida es rosada. El apuro de los demás no es el tuyo. La mente se va por lugares incomprensibles. Flotás en la tranquilidad del aislamiento. “¿No te aburrís acá sola? ¿Por qué no traés una radio?” te preguntan. Vos sonreís. Tu sonrisa molesta al igual que tu silencio.
Te gusta la lluvia. Te ha gustado desde niña: corrías bajo el agua helada y eras capaz de esperar a que pasara la tormenta para sacudir los árboles nuevos con la esperanza de que no se terminara. Ahora hacés casi lo mismo, sólo que caminás, no corrés. Tu vecina se empeña en regalarte un paraguas. Vos lo rechazás, siempre lo rechazás. “Te vas a enfermar” te dice y sabés que piensa en que estás loca. Le contestás que te gusta correr riesgos mientras te traga el chaparrón.
Abrís tu guardarropa. Todo es gris, negro, verde oscuro, azul y marrón. Ninguno llama la atención. Están bien, sos de las que les gusta pasar desapercibidas. Con esos colores te volvés hasta invisible a veces. Te mimetizás con el paisaje cuando te agarran esos ataques de timidez. Te tranquilizan. Tu madre también abre tu guardarropa. “Nena, siempre con esos colores apagados” te dice “Nunca un rojo, un violeta, un amarillo” empieza a sermonearte. “Sos joven caramba, cuando tengas mi edad vas a pensar en por qué no usaste colores más vivos” La mirás y la ves con su pulóver naranja. No querés envejecer nunca.
Es otoño. Hacés un montón enorme con las hojas del fresno. Preferís verlas esparcidas por la vereda, pero la gente protesta. Entrás a tu casa en busca de una bolsa. Salís y tu hija de tres años juega en el medio de las hojas. Las tira hacia arriba y sueña con una lluvia amarilla. Le acarician la cara y ríe. Es feliz, como vos. “Vení mami” te dice. Y vas. Una cascada de oro las baña a ambas. Y otra. Y otra más. Un señor con gesto severo te dice que la nena se va a ensuciar, que es una pena. Vos mirás a tu niña y creés que jamás, jamás se va a ensuciar mientras pueda encontrar la belleza.
Algunas veces, por las noches más que nada, hacés un repaso mental de tu vida. Sabés que sos distinta: no te gusta lo mismo que a la mayoría. Lo aceptás. Cuando te deprimís pensás en que por qué no podrías haber sido como todos. Hubiera sido más simple. Pero “¿Por qué es tan difícil Ser?” te decís, cuando estás con bronca.
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Texto agregado el 21-06-2004, y leído por 313
visitantes. (11 votos)
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Lectores Opinan |
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27-06-2004 |
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"Tu sonrisa molesta al igual que tu silencio" Silencios y sonrisas son, para mí, símbolos de armonía. Algo tan olvidado en esta compulsiva y agitada sociedad. Esa misma armonía, que te hace bella y diferente. Al igual que tu texto, que parece emanar desde el alma. Mis*****, que en este caso son hojas amarillas... Un beso grande!
Oliveria |
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22-06-2004 |
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Y sí..., claro que en mi caso siempre acabé resfriándome cuando oía la lluvia, me levantaba y salía a hacer equilibrios en los rieles del ferrocarril mientras llovía a cántaros. Con la tos que me agarraba después no se me quitaba el placer de sentirme vivo. Un beso. venicio |
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22-06-2004 |
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Yo es que me quedo pasmao con tus cosas; hay que ver como describes lo cercano y las pequeñas cosas que son grandes... Dejas tan claro que eres como eres y que te gusta... Ojalá que sigas igual siempre, que de momento no merece la pena cambiar; saludos. Nomecreona |
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22-06-2004 |
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Desde luego que difícil es Ser, que te comprendan... esas pequeñísimas cosas que nos hacen feliz, hay muchísimas personas que se pueden sentir identificadas y otras que no, pero aun así el fondo es válido para todos, a mi me ha servido, gracias... barrasus |
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22-06-2004 |
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Desde luego que difícil es Ser, que te comprendan... esas pequeñísimas cosas que nos hacen feliz, hay muchísimas personas que se pueden sentir identificadas y otras que no, pero aun así el fondo es válido para todos, a mi me ha servido, gracias... barrasus |
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