Partí tras tu ausencia por la madrugada,
Migas de mi corazón marcaban mi huella,
La luna era una espina, en mi alma clavada
Y mis ojos te lloraban de una estrella.
Una ráfaga de tu aire se clavó
Entre mi amor y la herida de mi pecho
Y por mis mejillas corrió el frio dolor
De sentirte viva y sentirme desecho.
Texto agregado el 10-02-2010, y leído por 209
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