Andres de cinco años recorre el pasillo del Centro Médico al lado de su madre.Al llegar a un recodo que da paso a la espaciosa sala de espera, hay una imagen de yeso pintada, rodeada de plantas y flores. Se acerca una dama de dad madura que es transportda en silla de ruedas, pide a su acompañante que la acerca a la imagen y suplica Madrecita santa haz que no pierda mi pierna, haz el milagro.
Andres se detiene sin entender, de su mano cuelga un hombre-araña, ya sea del brazo o de la pierna, loco de contento con su juguete.
Ya en la sala en espera de su turno no puede permanecer sentado, se hinca, se sienta y juega con su muñeco. Grita, ríe, se pone de pie y se acerca a la gente que lo mira con simpatìa y muestra orgulloso el juguete. Lo llaman y entran a la consulta. Después de diez minutos salen y se da cuenta que a su hombrecillo de plástico le falta una pierna. Mira al suelo y llora afligido y no puede hablar, no se entiende. La gente lo mira con curiosidad sin saber que le pasa. Mamá le dice que compraran otra que se calme y el niño se arma de valor para replicar: No quiero otro, el vino a mì cumpleaños y yo lo quiero. Y corre hacia la imagen y entrecortadamente trata de explicar y pedir milagro. -Señora Santa que no se pierda la pierna y le muestra el juguete.
Un señor sonriente se acerca lo llama y le muestra algo y una paramédico que va pasando le coloca la pierna al hombre-araña.
Al niño se le ilumina la caray dice:-Que la señora santa le oyó y le 'diò' el milagro. La madre sonríe mientras le seca las lágrimas y le limpia la nariz.