Cansado de mis ausencias tan prolongadas como nunca huí de los silencios vacuos al recibir el eco de tu voz. Fuí otro mas humano entonces. Uno que me pareció mejor. Aunque nunca se sabe de verdad por eso afirmo que fue un parecer. Tu palabra desapareció ausencias amontonadas demasiado tiempo. Convirtió en piedra las penas sólo el lapso en que hablaste. Como el viento y la brisa fuiste y retornaste en olas. Dejaste huellas y sabor que llenaron espacios. Y al fin dejé mi tristeza en tus carcajadas cortas y subí la mirada, alegre, hasta encontrarte conmigo. Ascendí confiado y seguro en las alas de mis sueños dónde hallé tus sentimientos que florecían sin par.
Texto agregado el 08-02-2010, y leído por 235 visitantes. (8 votos)