Relato mejorado por la colaboración de la amiga cromatica en el personaje del psicólogo que es suyo
Tenía una buena depresión, agravada con una autoestima inexistente. No es que cuando estaba normal, fuera un cascabel, pero últimamente sus ánimos estaban por los suelos.
Se dirigía a la consulta de un Psicólogo argentino, recién llegado a la ciudad, que le habían recomendado. Decían, que sus métodos no eran muy ortodoxos, pero funcionaban.
Nunca había estado en la consulta de un psicólogo y esto le producía ansiedad, debido a su estado anímico y a su apocamiento congénito.
-¡Pero no sea boludo, como puede pensar que no se va a mejorar, por supuesto que sí!.
¿Qué me ha llamado, morrudo?. Tengo los labios gruesos, pero no hace falta insultar. –se decía nuestro personaje, que era un poco duro de oídos.
-¡Lo que le hace falta es vivir, divertirse, alegrar esa cara!.Veamos. ¿Cómo están sus relaciones, está casado, divorciado, viudo, vive con una amiga o un amigo - guiñandole un ojo - no se me asuste, mi amigo... hombre o mujer... que mas da?.
-Bueno, no me he casado, vivo solo. Y lo del amigo, no, en absoluto. Me relaciono poco, bueno, mas bien nada.
-Pero se relacionará en el trabajo, tendrá compañeros.
-Es que por mi profesión trabajo solo, soy taxidermista.
-Ya veo...umm.
-Bien escúcheme atentamente. Si hace todo lo que le voy a indicar, por insólito que le parezca, su mejoría será espectacular. Se sentirá otro, en poco tiempo. ¿Va a seguir el tratamiento?
- Pues.. sí... de eso se trata, doctor.
-Entonces... me dijo que le gustan las mujeres... no? - y nuestro personaje asintió un poco asombrado pues creyó que le había quedado bien claro- entonces, lo primero, tiene que conseguirse una buena mina, lo mas pronto posible. Pero que digo una, varias si es posible. Lo mejor sería cada día una diferente. Si no esta acostumbrado o no se siente capaz.... no se quede sin ellas: pague. Una vez que las haya conseguido, el paso siguiente es dominarlas. Sea brusco, si es necesario, y a continuación cariñoso. Ese método nunca falla.
-Segundo y más importante. Tiene que conseguirse las minas y enseguida...coger. Coger todo lo que pueda y más. Cuando más coja, mejor.... mirá, mejor te tuteo... total... más que paciente, sos mi amigo.... ¡Lo tenés claro., no!.? Pues se ha terminado la hora, son 70 euros. Ahora, a seguir las indicaciones, mi amigo. Adelante.
Han pasado varios meses. Nuestro personaje, mira sin ver por la ventana enrejada.
-Creo que ya estoy seguro, que lo del psicólogo, no funciona. Hice todo lo que me dijo. Nada mas salir de su consulta, entré en una papelería y compré las mejores minas de lápiz que tenían. Pagando claro, ¡no las iba a robar!. Las compré, negras, rojas, azules, verdes, moradas y una color rosa. Cada día escribía con una. Dominarlas, las dominé, era fácil introducirlas en el portaminas. Hasta hice la tontería de lo de ser brusco. Con un martillo machacaba la punta y después con mimo la metía en el portaminas. Punto por punto como él me dijo.
-Lo peor fue lo de coger. Me dedique a ir por todos los contenedores de basura y cogí de todo, periódicos, botellas, ropa de todas las clases, cajones, maderas, hasta una nevera la arrastre a mi casa. La llené de trastos.
-Los vecinos me denunciaron. Vino la policía y me trajeron aquí. Al manicomio, pues dicen que tengo el Síndrome de Diógenes.
-Continúo fatal. No sé que hice mal. Pero lo que tengo claro es escribir con bolígrafo. ¡No pienso coger una mina por nada del mundo!
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