Desde tu cuarto oyes un lejano eco
que se escabulle entre mares y montañas,
y despacio en sonrisas añoradas te sumerjes
y dibujas un paso hacia adelante,
y te hidratan lloviznas transparentes,
y recuerdas un sueño,
un cometa turquesa te guía hacia no sabes dónde;
detrás de la ventana
se encuentra un universo paralelo,
arena y polvo de diamantes tus manos no retienen,
hay agujas de luz formando círculos que hacen tictac;
Alicia, amiga tuya, ingenua y afable
conoce al Conejo Blanco, a la Tortuga,
y es imaginada frente a un río de arrullos;
al otro lado de un diáfano cristal
lágrimas de rocío salpican entre canciones
(las que entona tu alma y combaten pesadillas)...

Pronto podrás intuir en aquel eco un notable silencio,
y verás muchas letras en la luna
que tejen y destejen fantasías,
como también descubrirás que creces,
y sentirás conjuros de una danza
centinela de tus propias aventuras...
¡Ah, sigues siendo libre al despertar!