Tú y yo somos como dos gotas de agua de distinta densidad, como un turista perdido en África y un riguroso inglés, como el humo y el oxígeno, como una balada y un zumbido, como un grito y un silencio.

Tan distintos, tan distantes, tan torpes y tan humanos.

Tan geniales y tan desgraciados, al compás y desordenados. Tan cerca, tan lejos. Tan tiernos, tan fríos.

Como la madera y el acero, como el pez y la caña, como el cuchillo y el algodón. Como lo prototípico y lo espontáneo.

Tan juntos y tan separados. Tan iguales y tan diferentes.
Tan tuyo, tan mía.