recibí un email, duro como una hoja de acero... el email maldecía mi vida. era un amigo, un poco loco, pero amigo al final... estaba por responder, es mas ya había escrito la respuesta cuando un aire perfecto llenó de calma mi alma... borré la respuesta al email y esperé que aquellos aires de paz llenasen el resto de mi vida, del día... quería ser feliz, eso era lo importante y por cada mal pensamiento que manoseaba mi ahora, con cada aliento borraba aquellas aceradas imágenes...

así seguí hasta entender que todo era perfecto y mi vida lo era también. tenía que andar junto a ella, hasta el final del camino que por cada aliento se hacía mas y mas claro...

el cuerpo se me hace pesado y los dolores lo golpean a cada momento...

¡qué hago ante tanta desgracia!, pensaba, cuando del fondo de aquel torbellino de dudas alumbró la tranquilidad, como un ave del cielo... la miré y traté de irme, asirme de ella... la seguí hasta perderla de vista, sus aires perfectos era alientos tras alientos...

todo volvió a la santa normalidad y así seguí de mano con la vida, hasta llegar al final de un día más, con la noche que ocultaba la belleza del día y alumbraba la belleza interior...

todo era perfecto, como este momento en que mi alma se llena de aires de paz...