"Las espinas de la rosa”
-Lo que Mónica ve -
III
-¿Estas atenta a lo que te estoy diciendo?, te estoy hablando Mónica.
-Si, claro que si Brenda, te estoy poniendo atención. Me estabas diciendo acerca de lo que haremos este semestre.....o algo así.
-Sabes, es muy difícil estar conversando contigo cuando tu mirada y atención se encuentra hacia allá-dijo Irais- además no creo que con solo mirarla te sirva de algo.
-No la estoy mirando, solo me dio curiosidad acerca de quien entro, como a todas.
-Si, claro, eso podría explicar el porque mientras hablamos sigues mirando hacia donde ella esta sentada.
Después de que Irais término de decir esto Brenda se levanto y camino hacia donde estaba sentada Natalia y sus amigas para detenerse frente a ella y decir algo que hizo que Natalia se levantara de su asiento y saliera fuera de la cafetería.
-¿estas sorprendida Mónica?
-No-respondí-¿Por qué habría de estarlo?
-Pueden estar hablando de ti, ¿sabes?
-O puede que no, lo único que esta pasando aquí es que ella se levanto y se fue hacia donde Natalia y eso no significa nada.
Un nerviosismo algo mesurado me recorrió la piel cuando Natalia y Brenda entraron nuevamente y Brenda se sentó a mi lado sin decir una sola palabra.
-Y, ¿Qué paso Brenda? ¿Qué fue lo que le preguntaste?-dijo imperiosamente Irais como queriéndome restregar el hecho de queme importaba.
-Nada, no le dije nada. Pero, ¿Por qué estas así Mónica?, parecería que no tendría que impresionarte lo que hice, a menos que en verdad si estuvieras mirando hacia allá. Considéralo una venganza por lo de la mañana.
Olvide el factor don de Brenda siempre tomaba venganza a todo lo que yo le hacia, lo cual me hacia sentir como una tonta por haberlo hecho, mas sin en cambio, no podía decirle: “Disculpa por haberte excitado tocándote los senos y el haberte susurrado cosas algo perversas al oído”.
Mire mi reloj después de tomar toda mi comida. La mesa de al final se desocupo antes de que yo me levantara de mi asiento y pude ver como Judith iba detrás de ella lanzando una mirada algo desafiante a Brenda a la cual no le importaba en lo mas mínimo.
Nos levantamos después de que esta salió por la puerta. El panorama de afuera era igual cuando termina de llover pero que aun se podía respirar la posibilidad de que la lluvia arremetiera nuevamente en el momento mas inesperado. Afortunadamente tanto Brenda como Irais tenían una sombrilla que no dudo usarían conmigo para que me resguardara de la lluvia.
Caminamos hacia el edificio de actividades extracurriculares. Pasamos por la barda metálica que rodea tanto el edificio como la alberca de la escuela al igual que el lugar donde realizan sus prácticas las chicas de atletismo. Entramos por la puerta principal y caminamos por la escalera subiendo los peldaños pasando los pisos donde están las aulas de las otras actividades hasta llegar al cuarto piso donde estaba nuestra oficina por así decirlo. Brenda abrió la puerta.la atmosfera acompañada con las macetas que tenían en su interior plantas pequeñas y algo coloridas. Acondicionada con un gran anaquel donde teníamos fólderes y fólderes llenos de papeles y acondicionando del lugar con una mesa lateral que en su superficie tenia una cafetera y encima de esta una repisa donde tenían tazas y algunos platos. El escritorio central donde se sentaba Judith y las mesas enfrente de estas con sus sillas perfectamente acomodadas y ese aroma a canela que parecía haberse impregnado de por vida.
Recordé la primera vez que había notado ese olor fue después de que junto con Brenda habíamos sido elegidas para ser las representantes de los cuatro grupos de primero. Había ido ahí con Rebeca que me tomaba de la mano y me subía rápidamente. Ella abrió la puerta con la llave que saco de su saco y esa fragancia estaba presente. Al principio me atraía, pero con e paso del tiempo después de que pasaron esas cosas con ella empecé a odiar ese olor que me causaba repugnancia y que cada vez que entraba me mezclaba en mi interior los recuerdos de mi pasado con la lastima contenida en ese momento.
-¿te gusta Moni?, este será el lugar donde prácticamente estar laborando con todas nosotras. Perdona que te haya traído antes, pero quería ver si te agradaba.
-No, no te preocupes Rebeca.
-Mírame a los ojos y……dime que…me….quieres-dijo al momento en que sus brazos rodeaban mi cintura quedando su cara frente a la mía-¡anda, dímelo!
-Te…..te quiero Rebeca-dije tímidamente y al final la abrace para que nuestros labios quedaran juntos y nuestras lenguas estuvieran contactándose.
Esa vez había sido la primera ocasión en la que yo había estado con una mujer, la pasión con la que ella me quitaba la ropa lentamente y la forma como me miraba dándome una sensación de vulnerabilidad que ella supo corresponder para que estando en el piso me colmara de caricias las cuales me hacían delirar fundiéndome en sus besos. Aun tengo en mi mente grabada la silueta de su cuerpo desnudo con su regazo desnudo y su tersa piel blanca, además de su cabello castaño-muy parecido al de Natalia- y con sus ojos verdes de los cuales me había enamorado.
Esperamos sentadas en las sillas hasta que las demás integrantes del consejo se presentaron y tomaron asiento. Salude a todas como era costumbre mientras Mireya la representante de las chicas de tercero cogía del estante lo necesario para preparar lo que ella llama café en la maquina. Todas estamos platicando esperando a que Judith la gran representante de todas las alumnas de la escuela Lillian llegara. A menos creía que llegaría sola. La puerta sonó y Manola la abrió; detrás de esta estaba la figura de Judith e Ivonne y detrás de estas se encontraba Natalia que tenia la mirada agachada, enderece mi postura mientras ingresaban, con mis ojos podía seguirla lentamente hasta quedar enfrente del escritorio de Judith. Todas les dimos las buenas tardes-aunque no lo parecían-y ellas respondieron. Natalia seguía sin cruzar la mirada conmigo erra un mecanismo de defensa ante mí y el cual era muy efectivo ya que me irritaba el que no se atreviera a mirarme ni siquiera una vez al menos por coincidencia.
Delante de nuestra mesa había dos sillas desocupadas en las cuales se acomodaron; después de un momento de silencio Judith hablo.
-Bien, aquí estamos para que las nuevas integrantes sean presentadas y pues lo único que tengo que decir es que sean bienvenidas, aquí todas tratamos de ayudarnos y cualquier cosa que no puedan hacer o que tenga una pregunta, no duden y trataremos de ayudarlas lo mejor posible. Así que si son tan amables por favor pónganse de pie y preséntense, después pasaran por “el interrogatorio”.
La cara de ambas se puso de sorpresa cuando escucharon esa palabra. A todas las alumnas sin excepción cuando son presentadas a las demás integrantes y se presentan se les hace una pregunta por cada integrante que tendrán que contestar, era como una chismografía oral en el cual podíamos preguntar lo que quisiéramos para enterarnos de lo que ellas suelen hacer y cosas por el estilo.
-Mi nombre…..es Mónica Díaz Fernández, soy nueva en el consejo y pues yo tengo 17 años de edad y no se que mas decir.
-¿Qué es lo que mas te gusta?-pregunto Mireya que en ese entonces era la representante de segundo.
-Pues lo que más me gusta es caminar y leer, además de que me gusta escuchar música.
-¿Cuál es el tamaño de tu escote?-fue la pregunta que escuche por parte de Judith, a la cual todas se rieron menos Brenda.
-No se si tengo que responder eso-fue lo que salió de mi boca para responder; afortunadamente Rebeca entro en mi ayuda.
-No, no tienes, ¿verdad Judith? Bien ahí va mi pregunta y esta si la tienes que responder. ¿Me quieres mucho?
La sangre se me subió a la cabeza a causa de la pregunta de Rebeca, sin embargo con mías mejillas ruborizadas conteste que si.
La primera en presentarse fue Ivonne la cual en su presentación se explayo casi no dejando lugar a que fuera interrogada, todas le preguntaron cerca de su familia o de que si tenía novio, preguntas realmente comunes. La voz de ella me hizo verla con detenimiento, su mirada la tenia dispersa mientras hablaba, era evidente o que le costaba hablar en publico o que le costaba hablar mientras yo estaba ahí por todo lo que había pasado con anterioridad.
-Mi nombre es Natalia Merlo Mondragón y pues al igual que mi amiga Ivonne soy nueva, así que espero poder llevarme bien.
Las preguntas sobre Natalia se hicieron esperar, lo mas extraño fue que Judith pregunto primero esta vez acerca de la fecha de su cumpleaños, ella respondió que era el tres de diciembre. Después siguieron las otras integrantes para cerrar con las preguntas de Brenda e Irais, dejándome en último lugar. Mientras ellas enunciaban sus preguntas yo no sabia que decirle, es mas ni sabía si se dignaría a hablarme. Es decir si yo hubiera sido yo, no le dirigiría la palabra.
-¿Cuántos hermanos tienes?-preguntó Irais.
-Tengo 3 hermanos, soy la única mujer.
-¿Por qué elegiste entrar en un colegio para mujeres y no uno mixto?-fue la pregunta de Brenda que se sintió directa e insensible como preguntándole “¿porque si eres buena en la escuela estas aquí, provocando todo esto?”.
-Mmmmmm, porque quería cambiar de aires; es todo lo que tengo que decir.
Ahora me tocaba a mí.
Lo que podía preguntarle en si hubiera sido. “¿me perdonarías por todo lo que te dije y me aceptarías de nuevo?” o “¿Qué quieres que haga para que puedas perdonarme?”; en fin tenia una amplia gamma de preguntas o posibles preguntas para decirle e indirectamente disculparme aunque al hacerlo abriría la llaga que aun estaba fresca y no sabia que hacer al ver la reacción de Natalia, es mas ni siquiera sabia si reaccionaria bien o tranquilamente. Lo único que se me ocurrió decir fue.
-¿Qué día naciste?
-¿Eh?-lentificó su respuesta-pues naci el día tres de diciembre como ya lo había dicho.
No obtuve el valor para seguir mirándola así que guarde silencio y me dedique a escuchar lo que Judith le decía a las demás.
-Ya que nos conocemos, pues hay que aprovechar que Mireya ha hecho café, ¿ustedes gustan una taza?-dijo dirigiéndose a las nuevas- afuera hace estaba lloviendo y hace algo de frio, así que si quieren, pueden servirse.
-No gracias-dijo secante Ivonne-tenemos que irnos, ya que mañana tenemos una prueba de historia y vamos a estudiar en la biblioteca, así que si nos disculpan.
Y tomando consigo a Natalia que estaba callada y que se despidió discretamente de las que están en la sala salieron acompañadas por Judith al exterior mientras el humo que provenía de la taza con el aroma del café soluble que invadía mi nariz me despejaba la cabeza.
-¿Y bien? ¿Te has convencido?-exclamo Brenda.
-No se a que te refieres.
-A nada Mónica……a nada.
Deje la taza de café cogí mi cartera y salí del lugar cerrando la puerta y bajando las escaleras donde me encontré a Judith que al verme solo sonrió y al estar a la par me dijo : “Déjala en paz, ella no quiere verte”, me dejo ahí mientras seguía avanzando con destino al cuarto piso. Después de algunos minutos de camino entre las gotas que caían del cielo y el viento que revolvía mi cabello ya me encontraba en mi habitación, me saque la corbata y el saco desfajándome la blusa y sentándome en la silla de mi escritorio, donde el sonido de la pieza musical de mi reproductor estaba siendo tocado. Cerré los ojos y recordé esa conversación.
-¡Lo suyo no puede ser Mónica!, ¿no lo entiendes? si sigues así lo único que puede pasar es que o tu o ella salgan lastimadas y es mejor que no la lastimes y sobretodo que no te lastimes. Crees que el haber pasado la noche con ella te da el derecho de tenerla solo para ti. No has pensado en lo que Judith puede hacer cuando se propone algo.
-¿porque te piones así Brenda? No estoy haciendo nada malo, ella me gusta y estoy segura de que también Natalia siente atracción por mí.
-¡Ese no es el punto Mónica!, ¡no es el punto! Tal vez sea así, pero dime una cosa, en verdad le dirás todo lo relacionado a ella o le dirás acerca del matrimonio arreglado………no hay respuesta, ¡es difícil venderlo cuando no lo crees!, y tu no lo creíste por un segundo solo querías un juguete con el cual pasar el tiempo y no entiendes que yo lo que quiero no es precisamente proteger a esa chica, lo que yo quiero es que tu no te lastimes. Se que no quieres que la mencione, pero es la única manera de mantenerte a raya…….
-No te atrevas Brenda.
-Acuérdate de lo que te paso con Rebeca y si se te ha olvidado tal vez quieras mirar tus muñecas o tal vez quieras mirar al calendario y mirar la fecha en que la encontraste en la cama con………
El sonido dela palma de mi mano revotar contra su mejilla y el silencio posterior se apoderaron del momento. La rabia que emanaba de mí al escuchar lo que era verdad. Baje la mano después de haber bofeteado a Brenda cuyo cabello rojo se disperso en su frente.
-Mírate Mónica-continuo-, se que la verdad duele pero a ti te duele mas porque no hay una sola pizca de mentira en mis palabras; ¿Por qué crees que Natalia no cayo a tus pies o a los de Judith?. La respuesta es fácil, no necesita pensarse mucho y es que ella no quieres estar contigo con ella porque presiente que puede pasar, a pesar de que ellas es algo ingenua e inocente pone los pies en la tierra, ¿pero que hay de ti?, nada…..no hay nada que agregar ya que tu solo quieres satisfacer tu ego y no quieres de verdad solo quieres que Judith no te la gane y te sientas humillada ya que si lo aceptas tu reputación se vendría abajo.
-¿estas tratando de decirme que hay algo de malo con que yo sea……lesbiana?, si es eso puede ahorrarte tu lastima Brenda.
-No entiendes verdad, eso no tiene que ver en nada con esto. Es obvio que si esto logra progresar ¿Qué pasara en un futuro?, ¿lo sabes? Lo único que queremos es que no te vuelva a ocurrir lo de esa vez. Yo estuve ahí mientras te sentabas en esa silla y llorabas por la nota que te había dado, yo estaba ahí cuando te recogieron en la capilla con las venas cortadas, yo estaba ahí cuando te llevaron al hospital. Si en verdad valoras lo que he hecho por ti como amiga, capacitaras y pensaras en lo que Natalia puede sentir y harás lo correcto.
Después Brenda salió por la puerta y me dejo sola donde me derrumbe queriendo llorar pero no podía hacerlo, las lagrimas no me salían.
Y al igual que en ese momento quería llorar pero no podía.la mano de alguien en mi hombro me sujeto, volví la mirada y era Brenda que estaba parada, me levante abrazarla.
-Perdóname…..perdóname, yo no quería darte demasiados problemas, por favor perdóname.
-Yo no soy quien tengo que hacerlo Mónica. Tu hiciste lo correcto, se que te duele, ahora me doy cuenta de que en verdad si la quieres opero no puedes estar con ella. Es como poner la mano en el fuego y quemarte, pero antes de que tu te quemes, yo meteré la mano por ti Mónica, así que no trates de hacerte la fuerte, apóyate en mi y en Vanesa que somos tus amigas, y llora, aquí tendrás mi hombro para que lo hagas las veces que quieras si no quieres mostrar tu debilidad ante otras.
-Gracias Brenda, te quiero mucho.
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