El... Ser viviente más indefenso... Y pequeño...
Que mis manos...
Han cuidado con más cariño, mimo y esmero...
Yo... Era un niño... Ocho años...
Ha sido... El Gusano... De Seda...
El gusano... Invertebrado... De cuerpo alargado...
Segmentado... Por anillos negros...
Su vivienda... Su casita...
Un caja de zapatos...
Color sepia...
Para que el aire no faltase...
Unos agujeros redondos... En el techo...
Que le servían de tejado...
Nunca le faltó... Su comida preferida...
La morera... Recién cogida del árbol...
Verde... Tierna y fresca...
Sí... Ésta faltaba... La sustituía el cogollo blanco... De una lechuga...
También verde, tierna y fresca...
¡Cuántas veces... Yo miraba al gusano!
¡No lo sé! Recuerdo que muchas...
No paraba... Se deslizaba... Lentamente...
Su color blanco... Con anillos negros...
Contrastaba con el verde... Suave y tierno...
De la humilde morera...
Se dejaba coger... Y deslizarse en mi mano...
Yo... ¡Era un niño...!
Más de una vez... En el cuenco de mis manos... Pequeñitas... El gusano... cansado... Se quedaba dormido...
Pasado... Unos días... Un tiempo...
Observé con asombro... Que dando vueltas sobre sí mismo... Se ocultaba... Se encerraba...
Construyendo... Una envoltura de forma oval... Dentro de la cual se iba ocultando mi gusano...
Hilando al mismo tiempo... Con su baba... El capullo...
Mi gusano de seda... Se iba...
Transformando en crisálida...
Construyendo su capullo dorado de seda...
El capullo... Estaba herméticamente cerrado...
Era de forma ovaloide...
El gusano... Dentro de él... Se quedó profundamente dormido...
Cansado de tanto hilar y de tanto trabajo...
Despertó... Rompió... Su caparazón amarillo dorado...
Abrí la cajita de cartón... El capullo... Estaba... Abierto...
No sé... El cómo y el cuándo...
Apareció una Mariposa Blanca...
¡Una Mariposa Blanca!
¡Yo buscaba... Con ansias... Con un poco de pena...
Al gusano blanco... Segmentado por rayas y aros negros...!
Una voz... Me decía...
¡No me busques!
¡Que me he transformado en crisálida... Y luego en mariposa blanca... Que vuela...!
Al no ver la Mariposa... Lloré...
Quise mirar...
Al limpiar mis ojos...
No lo sé... Dudo... Creo...
Que la veo... Volar...
Aunque sea en mi memoria...
En mi imaginación... Volar...
Oigo a lo lejos...
¡No me busques!... Que me he transformado en crisálida
Crisálida...
Luego en mariposa que vuela...
Su... Vuelo... A dejado.... En mi vida...
Una impronta... Un eco...
Que me dice... Volar... Volar...
Hacia cimas... Más altas...
Siguiendo... Los pasos de mis queridos... Recordados... Nunca olvidados...
Gusanos... De seda...
Terminando éste relato...
Otra mariposa compañera acercándose al oído... Con voz suave y tierna... Me dijo...
Es un mensaje de tu gusano...
Sé portador... De la PAZ... De la ALEGRÍA... Y del BIEN...
Volar... Volar... Lleva de mi parte y que nunca que se pierda...
La bandera de la alegría, de la paz y del bien...