Ahora
cuando alguien sigue
alimentando la hoguera
que amenaza con hacer
arder cada rincón
y superficie
y hondura silenciosa,
ahora
quédate quieto
y escucha
el agua del río
como transcurre,
como sucede.
Si el cielo se cayera,
el agua del río
seguiría pasando
y con el cielo a cuestas.
El cielo se cae
para que no te duermas,
el trueno aúlla
para que no te atrevas
y si te atreves
y un rayo te parte,
el río sigue caminando
llevando tu cadáver.
Texto agregado el 03-02-2010, y leído por 93
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Lectores Opinan
03-02-2010
Buen poema para un día lluvioso, como hoy. Prinzessin
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