Vete, mi fiel amigo, vete ya.
Vete a descansar para siempre y ya no sufras más, mi luchador.
Cierra tus ojitos, ya grises, y no los abras nunca más.
Adiós, mi gladiador enorme y siempre hermoso.
Tus padres y todos los tuyos que quizás nunca conociste te esperan ansiosos,
Para agasajarte entre aplausos y celebraciones.
Fuiste el más longevo de los perritos que conozco,
Guardaste mi casa durante 17 años de mi vida, los que recordaré con fuego y con el amor más fuerte del mundo. Son tus 95 no despreciables años que terminan.
Apagarás para siempre la llamita de tu aliento. No escucharemos más tus ladridos centinelas.
Has tenido una vida sencilla y tranquilita, ahora podrás tener un sueño eterno de sonrisas, recordando todo lo que pasamos juntos.
Tendrás, en tu sueño, un patio grande donde correremos sin detenernos nunca.
Comerás polillas al silbido y buscarás ratones en posición de alerta.
Gruñirás a todo lo que se te acerque, y beberás cientos de litros de leche que tanto te gustaba.
Comerás sandía, y te correrá el jugo por el hocico como siempre.
Serás un maestro de atravesar algo frágil sin tocarlo.
Te transformarás en mi propio lucero para siempre, y cada día viviré con tus recuerdos y alegrías. Disfrutaremos juntos juegos y comidas, y descansaremos en un prado verde hasta el horizonte más lejano.
Respira profundo, amigo, yo sé que cada vez te cuesta un poquito más,
Descuida ya, Mi Perro, que pronto terminará este sueño doloroso.
Tranquilito, estoy a tu lado, haciéndote cariño, no dejaré de hacerte guardia hasta que decidas irte.
No tienes que seguir luchando, mi hermano, has ganado una guerra infinita, la guerra del amor, esparciendo alegría por todos los lugares.
Y aunque ahora te lleve de una vez la muerte, has sido el mejor amigo que tendré en mi vida. Debes estar orgulloso simplemente de tu vida.
Te pido perdón por nuestras peleas y disgustos, pero construyeron algo grande con el tiempo. Hoy, puedo decir que no tuve un Perro, tuve un amigo, tuve un hermano.
Gracias, mi amigo, gracias, oscurito hermoso, eres un valiente como ningún otro.
Y estoy seguro que donde quiera que te vayas, nos volveremos a ver algún día, para correr por un patio que no termine nunca.
Te recordaré en mi espíritu porque te quiero, te amaré por siempre, noble compañero.
-A la tristeza más grande de mi vida-
|