Despaciosos 
 
Nos invitan a cantar, no un canto despacioso 
si no a gritos de desesperar, que llegue al infinito  
A votar para no elegir entre nos  
al mas apto y servicioso 
sino a gritos de urras ignorantes  
cocineros, mentirosos  
 
Proclamar a una lista de mediocres  
manejados como siempre  
desde torres de cristales  
y muy cerca de luna  
a unas gentes que bien saben que no están 
a gobernar interés del pobre pueblo  
una gente que se sabe que no están 
sino para titerear y operar para engrosar  
a patrones la fortuna  
 
Nos invitan a comprar  
en mercados suficientes y eficientes  
desde agujas de pajar, naranjadas y cohetes  
desde hojas de afeitar, trenes, barcos o volquetes 
desde esponjas de lavar, tanque de guerras y juguetes 
 
Computadoras, sonar, caballos, discos, cassettes 
en los medios de informar, que son partes y jueces 
que obedecen a interés de sus respectivos dueños  
esos mismo accionistas de los bancos comerciales,  
industriales, nacionales y mundiales  
que manejan desde torres de cristales  
y aparejos de muy cerca de la luna  
 
 
Nos invitan a rezar, tocando nos las campanas  
los que cansan las sotanas, a orar con los hermanos  
por que cristo es quien nos salva  
a volver a ser el hijo del buen padre que nos ama  
Y a cantar bien despacioso, deleitado, melodioso  
 
Pero el grito de mi pueblo raja la puerta del cielo  
por los cerrares de ojos, con enojos  
muy furioso por el drama horroroso  
 
No nos enseñan ni educan, ya no nos odian ni aman  
no nos abrazan ni besan, ni desafían a luchar  
por desterrar el trono del mal, del templo  
y contentos se atribuyen, se jactan de discursos y doctrinas  
de impartir los sacramentos, documentos  
que se guardan o se tiran en letrinas  
 
No atinan renunciar, o atacar a señores de corbatas  
los de poder satelital, que acata el mandato  
de la torre de cristal, que nos mata y envenena  
para poder engordar la fortuna que acrecienta 
 
Nos invitan a trabajar, cooperar, producir  
en ciudades, en el campo  
esos campos ya copados  
por algún terrateniente hacendado  
que los bosque a desmatado y quemado  
 
Arrendado del estado,  forastero  
de contrato y contrabando  
Que rapiña nuestra madre,  
para el amo de la torre de cristal  
aquel que nada le importuna,  
Ni la vida, ni la muerte, ni la tierra, ni la luna  
Solo el poder acrecentar su poder y su fortuna  
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