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Puedes llamarlo cobardía… o si lo prefieres dile dependencia. La verdad no importa. Sólo sé que he luchado y también que he perdido. Que sigo una constante batalla, día a día, por ser otro y a la vez el mismo.

Y esto surge cada vez que cierro los ojos. Primero todo es oscuro y luego me veo sentado en el balcón. Disfruto del aire, de la noche, de las olas, del silencio, de la armonía y de ella. Volteo y está junto a mi tomándome del hombro. Sonrío y ella también. Ahora estoy a su lado comiendo sushi. La miro y el tiempo se detiene. De repente, todo se nubla… aparecen ellas. Las tomo de la mano y jugamos, vamos al parque, corremos, comemos, nos acostamos en el césped y vemos las figuras de las nubes. Reímos. Las abrazo y se van.

Abro los ojos. Y hay cosas que siguen exactamente igual. Hay algunas que cambian, pero otras son las mismas. Prendo el televisor y veo las mismas noticias de siempre, incluso algunas en las que yo participé: Inundaciones, invasión a países pobres, manifestaciones de jóvenes con enfrentamientos con policías, pleitos entre partidos políticos, críticas a gobernantes, pobreza e incremento en precios de alimentos y gasolina. Ah!! También subieron los impuestos y el gas natural….

Apago la Tv. Escuchó viejas canciones a bajo volumen, mientras lloro a escondidas. Limpio los ojos y volteo si alguien pudo haber escuchado… sólo el silencio. Trato de averiar, si debo vivir, hoy, como si fuera el último día de mi vida o tan sólo el primero.

No lo sé….

Hace unos días, como los de tantos, salí a caminar de noche. Todo parecía agradable. Los restaurantes llenos y en alegría. La noche olía a paz y belleza. Pero me di cuenta que estaba solo. No había nadie con quien compartir la noche, la ciudad y las ideas que venían a mi mente.

Para no sentir la opresión y dolor. Tomé el celular. Pretendí llamar a alguien. Al fin y al cabo tengo varios amigos… pero era tarde, no valía la pena despertar a alguien para contarle mi angustía y sentirme menos solo. Así que preferí sentarme en la banqueta, prender un cigarro e imaginar cuántas personas habría en ese momento que podrían sentirse inútiles y miserables, porque se encontraban solas, esa misma noche.

Pensé en cuántos jóvenes estarían vacíos al no tener con quien salir. Cuántos adultos estarían viendo la televisión, sin ponerle atención, para olvidar ese instante de soledad. Cuántas personas estarían solas en una habitación de hotel, pensando si valdría la pena el esfuerzo que estaban haciendo. Cuántas mujeres se habrán arreglado toda la tarde, para salir a un bar y fingir que están bien sin compañía. Cuántas personas se estarán preguntando si aún son atractivas para alguien. Cuántas personas tendrán miedo de entablar una conversación, porque no les queda tiempo para leer un libro o el diario matutino. Cuánta gente se estará viendo al espejo y pensarán que son las personas más horripilantes del universo. Cuántas más estarán viendo revistas con artistas y modelos atractivas, imaginando si algún día, alguna de ellas, se cruzará en su camino.

Pensé y pensé. Pero no podía seguir engañándome. Ahora, no hay nadie con quien discutir sobre la película de moda. Con quien platicar sobre el día de trabajo o a cerca del libro que estoy leyendo. No hay nadie ni con quien compartir un trozo de pan, porque el dinero no alcanzó para una hamburguesa. Y siento una sensación extraña, presiento que es mejor comer la mitad de ese pan a todo entero…

No hay quién interrumpa la charla, para ver un vestido, una percusión o una bolsa colgando del escaparate. Simplemente, no hay charla… no existe….

Esa noche pensé mejor que era mejor tener hambre a estar solo. Porque cuando te ves obligado a aceptar la soledad, en ese instante sientes que ya no formas parte de la humanidad.

Preferí marcharme a casa. De regreso me crucé con algunas miradas llenas de soberbia, miradas que pretendían gritarle al universo que están mejor solas. Pero había otras tristes, arrepentidas y avergonzadas, por el simple echo de estar solas y sin aliento.

Texto agregado el 01-02-2010, y leído por 100 visitantes. (0 votos)


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