a veces estoy cansada y me gustaría escribir, vomitar todo lo que me pasa por la cabeza y por el corazón. a veces tengo miedo, y lo escribo. me hablo sola, lo hablo con los muros, con las cortinas, con mis cactus que quiero tanto.
a veces tengo planes, casi siempre los tengo. a veces estoy perdida y a veces quiero encontrarme.

quiero que todo sea normal y saber que estoy aquí. saber por fin que estoy en el lugar correcto para no querer irme siempre corriendo y no llegar a ningún lugar.

los miro reír, los intuyo llorar. sigo escribiendo, mis manos no tiemblan.

sigo y sigo. quiero ser la mujer que tengo adentro, la que sé que seré en un tiempo más.

me miro. me ha crecido tanto el pelo. si me vieras ahora quizá te gustaría, pero ya no me importa gustarte más. ni querer pintarme los labios rojos, ni ponerme algo bonito para que pienses que te sigo gustando, que sigo siendo esa chica sentada en una banca blanca esperando a que pase algo que la lleve luego a casa.

ya no sé ni qué decir. estoy ausente en mí misma y estoy contando los días para poder viajar. para irme al fin del mundo en mi ritual de búsqueda. de sentir que me late más fuerte el corazón y que si me muriera ahora mismo, lo último que tendría grabado en la retina sería la imagen del mundo al frente mío y a mi alrededor. esa imagen desgarradoramente hermosa, esa que se ve sólo con el corazón.

es tarde, y yo quiero un final feliz.

y un principio también.