Conocías mis pasos,
estabas atenta,
en un momento de ira,
lanzaste el arañazo,
mal usando tu odio,
segando aquellos ojos
que ya no me miran,
que ya no me ven,
la frágil y trémula flor,
marchito en olvido…
Con sentido dolor,
lloro junto a su dormido amor,
no despertó mas ,
a pesar de las promesas.
Y tú que de lo alto seguías,
el principiante vuelo,
esperando para derribarlo,
lo azotas al suelo,
de tus celos,
sintiéndote grande…
Inmensamente llena de soledad,
cabalgas en tus sueños
sin dejar espacio para amar,
la miopía mental que te produce,
el despecho…
se nubla tu egoísta pensar,
no dejando espacio,
en tu precario nido,
tratando de revivir un sentimiento
ahogado y yerto…
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