El gobierno ecuatoriano ya ha firmado con las petroleras un memorándum de entendimiento, este no es un acuerdo; la explotación todavía no ha comenzado. Debe entenderse que la economía ecuatoriana depende del petróleo; alrededor del 45 % de los ingresos fiscales provienen de las exportaciones de crudo; por cada barril de petróleo el Ecuador recibirá de 10 a 15 dólares; entonces, no pueden darse el lujo de ellos solos sacrificarse para “salvar al mundo”, cuando todos los países son quienes deberían aportar para no extraer este petróleo, y en especial los países industrializados, que tanto daño hacen y han hecho al mundo y a su medio ambiente.
Como lo puedes ver Papá, el asunto es serio; quiero escribir un libro sobre el Ecuador, mi experiencia en la selva conviviendo con comunidades indígenas, sé cómo es su gente; he llegado a conocer sus tradiciones, sus miedos, creo conocerlos Padre, incluso he aprendido como se hace la tzanza, es decir la reducción de cabezas. Estas tribus reducían las cabezas de sus enemigos a quienes dieron muerte por a o b razones, esta reducción no es como la gente cree, que se reduce la cabeza entera, ¡no!, es la piel la que se desprende del hueso y se conserva la forma, reduciéndole a esta con algunos procesos de cocción, hasta dejarla del tamaño de un puño.
No imaginas Padre los secretos de esta gente, su convivencia con la naturaleza es algo envidiable; ellos respetan su medio, como no tienes idea, para ellos es todo lo que tienen, lo que les da de comer, lo que les mantiene con vida. Solo cazan lo que van a comer, son como los animales, no desperdician nada, no como los “civilizados” que matamos por gusto, que desperdiciamos nuestros alimentos, que los malogramos a nuestro antojo, que destruimos el medio ambiente, al extremo que en poco tiempo ya no tenemos en donde vivir.
Tienes que ayudarme padre, tú tienes amigos influyentes y adinerados.
Miguel se había encariñado mucho con Ecuador; sentía rabia al investigar su historia y su realidad; sentía rabia al saber que es un país tan rico y un pueblo tan grande, tan bueno y noble, que para él no se merece lo que le ha pasado. Hablar de Ecuador, para Miguel, era no poder dejar de hablar de corrupción; exagerando un poco, decía que todo lo que se ha hecho en este país, ha estado y está envuelto en corrupción. Desde la época de la Colonia, desde que es república, hasta la época actual. Su gente, sus habitantes, los ciudadanos comunes que transitan por las calles, hablan de este mal que ha azotado al Ecuador y que según ellos se ha llevado el país en peso.
Le llamó mucho la atención, el famoso “FERIADO BANCARIO”, cuando en el gobierno de Jamil Mahuad, se congelaron los ahorros de los bancos, y se dolarizó la moneda, sepultándole al Sucre, convirtiéndose veinticinco mil sucres en un dólar; es decir si alguien vendió su casa y puso su dinero en el banco, hasta comprar otra, ya su plata no servía para comprar una casa igual, y lo que es peor, ¡Ya no podía comprar una casa! Por ejemplo una casa costaba trescientos millones de sucres, este dinero se dolarizó congelado en el banco; cuando lo devolvieron, “después de seis meses, con suerte”, recibió en su lugar DOCE MIL DOLARES, pero una casa no dejaba de costar CINCUENTA O SESENTA MIL DOLARES. Si vendió su carro en cuarenta millones de sucres, recibió mil seiscientos dólares, su mismo carro ya valía siete u ocho mil dólares; al extremo que hoy en día (año 2010) un pan en sucres valdría TRES MIL SUCRES (3000), ya que ahora vale doce centavos de Dólar.
Hubo mucha gente que murió, pues el impacto para ellos fue muy fuerte; muchas personas, sobre todo de la tercera edad, o los que no tenían trabajo, vendieron sus casas para poner la plata en el banco y sobrevivir de los intereses, pero sus dineros se congelaron, cuando les devolvieron, ese dinero ya no les servía para nada.
Otra catástrofe para los ecuatorianos y en esta misma época, fue la quiebra de los bancos; se cerraron aproximadamente diez bancos, estos se quedaron con los depósitos de sus clientes. Algunos devolvieron los depósitos después de un corto tiempo, otros después de unos años y unos pocos hasta el día de hoy no lo hacen. Para colmo, en estos días, los conjueces de la Corte Suprema sentenciaron el caso “Filanbanco”, luego de haber pasado el juicio después de tantos años por muchas manos; la resolución fue favorable a los banqueros, en la sentencia no se consideró que existía peculado, sino solo falsificación de documentos, es decir de balances, lo cual ya estaría prescrito.
Miguel estudió mucho la realidad del país, y de cada cosa que descubría se horrorizaba, pues se dio cuenta que entre otras cosas los políticos, malos gobernantes y grupos de poder, saquearon al país. Este hermoso país prácticamente se volvió a levantar, pues su gente es muy pujante y trabajadora.
Miguel comenzó a hurgar la historia de este país… Juan José Flores, Gabriel García Moreno y Eloy Alfaro, quienes entre 1830 y 1911, fueron los principales protagonistas del poder político en el nuevo país; se interesó por los hombres notables, los pensadores, los hombres de letras, y se encontró con personajes que realmente hicieron bien al país, con hombres que amaban su pueblo, que hicieron bien no solo en el campo político, sino en las letras, en las artes, el deporte, gente sencilla que se destacó por su pujanza, por su ahínco. Los que más le llamaron la atención fueron: Juan Montalvo, Eloy Alfaro, Eugenio Espejo; de los contemporáneos en el deporte, Jheferson Pérez, un personaje que realmente vale la pena mencionarlo, pues consiguió lo que nadie lo había hecho, poniendo en lo más alto el nombre de su país, haciendo que el mundo lo conozca, se interese por lo menos, en que parte del mapa se encuentra. Hay que resaltar, que este personaje creció de la nada, pues de niño vendía periódicos para ayudar a su madre para la subsistencia de la familia.
Le gustaba hurgar los periódicos del ayer, iba a la biblioteca Municipal de Cuenca y pasaba horas de horas revisándolos y tomando notas. Le llamó la atención una pequeña anécdota… Por los años 1974, se tomó el poder, el general Guillermo Rodriguez Lara. Un tres de noviembre, estuvo presente en las fiestas de independencia de Cuenca, en donde se daba un gran desfile con la participación de los colegios de la ciudad. Ubicada la tribuna de honor en la Avenida Fray Vicente Solano, en donde se encontraba el dictador, al pasar la Banda de Guerra del Centenario y glorioso Colegio Nacional Benigno Malo, uno de los colegios más representativos de Cuenca, los muchachos colegiales, demostrando su inconformidad con la dictadura; con la gallardía que les caracterizaba, protestaron en contra de su gobierno y su tiranía, en lugar de rendir honores a la tribuna, dieron la espalda a la misma, ofreciendo dichos honores al pueblo. Los militares corrieron tras apresarles, pero la gente los cerró el paso hasta que encontraron refugio en casa de Fernando Iñiguez, uno de los miembros de la banda quien vivía en la casona de su abuelo, el ilustre escritor, dramaturgo, poeta, criminalista, Dr. Juan Iñiguez Vintimilla; casona que dicho sea de paso, ya no existe, pues tras de una gran polémica fue derrocada por constructores, para levantar en este espacio un moderno edificio. “Esta se encontraba ubicada en la Avda. Solano y Florencia Astudillo, a unos cuarenta metros de la Avda, Florecia Astudillo, en la acera del lado derecho, con dirección al centro de la ciudad”
Miguel había sacado sus propias conclusiones de la historia del Ecuador, se había dado cuenta de la desigualdad que ha reinado en este país; lo sentía como suyo, se sentía parte de él y la necesidad de hacer algo por él.
Se empezó a empapar del tema petrolero, noches enteras se pasaba revisando libros periódicos, revistas, estadísticas de cómo fue el manejo del petróleo en este país, para tratar de poder aportar en el tema Yasuní, I.T.T. Había leído lo suficiente para opinar sobre el asunto. Sabía que en realidad Rafael Correa; presidente del Ecuador, agotaría esfuerzos para evitar explotar el Yasuni, pero al parecer no le quedaría otra alternativa, ya que el mundo no lo apoyaba como era debido, pues el sostenía que no estaba pidiendo caridad y que no debían poner condiciones, que el Ecuador era el que más perdía con esto, que estaba dispuesto a recuperar solo un cincuenta por ciento de dinero del que se obtendría de esta explotación; al parecer las multinacionales perdían muchísimo dinero al no explotarse el Yasuní y por ahí venía el asunto.
Su nombre empezó a oírse en el país, sus libros ya eran conocidos, empezó a escribir en diarios como el Mercurio y El Universo y para algunas revistas. Quienes lo conocían, sabían que era defensor de las causas justas, que era un luchador y un idealista. Formó un frente de defensa del Yasuní; se unió con los ambientalistas de algunos países del mundo, con los ecologistas, con los indígenas que apoyaban la causa. De cuando en cuando, viajaba al oriente, al Yasuni, se internaba en la selva para pasar un tiempo con sus amigos, huaoranis, Taramenane, Tagaeri y Taromenani; sus visitas eran largas y le era difícil salir de allí, ya que se sentía muy a gusto.
Se convirtió en un activista en la defensa del Yasuní; escribía artículos para periódicos de algunos países de Europa, así como revistas, incluyendo fotos, y hasta entrevistas. Por su parte Susan hacía lo propio con la fundación, también estaba metida de cabeza en la causa de su esposo, que ya era causa común. El hijo de ellos ya había cumplido nueve años y era un conocedor del oriente de la selva, sabía cazar con cerbatana, casi era un Huaorani. El niño enseñaba a los niños de las tribus a leer y escribir, era muy querido en las comunidades indígenas.
Ya Miguel había organizado varias marchas en respaldo de la propuesta e iniciativa del gobierno de Correa, de quien ya era amigo, a pesar de que no participaba de algunas decisiones suyas y de parte de la política implementada en el país. Formó una fundación para la defensa del Yasuní y de todos los pueblos y nacionalidades que vivían en el oriente. Logró muchos adelantos en cuanto a concientizar a la sociedad ecuatoriana, latinoamericana y Europea, de la importancia de la conservación del parque Yasuni; su trabajo era muy reconocido a nivel mundial. Por todo esto Rafael Correa, le pide que integre la comisión que negociaría y buscaría el financiamiento para evitar explotar el Yasuní, tarea que la aceptó con beneplácito, pues es lo que él ha estado haciendo desde que llegó al Ecuador.
Se convirtió en pieza clave de la negociación, pues su padre, los amigos de su padre y sus contactos en todo el mundo, facilitaron su trabajo; sin embargo, la comisión negociadora no lograba su objetivo; el gobierno de Correa estaba por concluir, y temían que todo el trabajo hecho quede en nada. Miguel pensó que la mejor forma de presionar a todos los países industrializados sobre todo, así como al mundo entero, era concientizar a la gente de lo que representaba esta área del Yasuni para el mundo entero, y que desde abajo, la gente común y corriente, empezara a pedir, a exigir ese proyecto se convierta en una realidad; y así lo hizo, se organizó de tal manera, que en la mayoría de países del mundo, se daban plantones, desfiles, protestas discursos al aire libre, caminatas, y más formas de concientizar a la gente y hacer saber qué es lo que estaba pasando. La tarea más dura fue en Estados Unidos, pero a pesar de esto lo que hicieron en ese país fue mucho. Se difundió a nivel mundial por el internet y televisión, fotos y videos de las tribus del oriente ecuatoriano, del Yasuní; fotos de su hijo, con otros niños europeos, jugando y nadando en los ríos del parque Yasuni; videos que en realidad hacían pensar en la importancia de conservar este parque. Simplemente se puede decir que los videos eran conmovedores.
Miguel hizo tanto por conservar este parque, reserva de la biodiversidad mundial, que se dio conciertos, en Reino Unido, en España; En Italia, En Suiza; Francia; en toda Latinoamérica; con el apoyo desinteresado de artistas como Pavarotti, Serrat, Julio Iglesias, Chaquira, Placido Domingo, Luis Miguel, José Luis Perales; solo por nombrar algunos. Este ejemplo fue seguido por artistas de Estados Unidos y de la China. Todo lo que se recaudaba de estos espectáculos, iba dirigido a sumar para llegar a la cifra que necesitaban para salvar al Yasuní. Ecuador cambió de nombre, ya no se llamaba Ecuador sino Yasuni. El turismo en el país se incrementó en forma notable; la gente llegaba de todas partes, en las calles y plazas se pasaban videos del Yasuni, de su gente, de sus costumbres y de la biodiversidad existente en el parque. En realidad el Yasuni se convirtió en algo contagioso.
Las elecciones llegaron y Rafel Correa buscaba su reelección; aunque su popularidad aparentemente había bajado, con todo lo que estaba pasando y con esto de la prioridad de salvar al Yasuni, ganó nuevamente las elecciones, fue reelegido como presidente de los Ecuatorianos, y se metió con más fuerza a lograr el sueño de salvar al Yasuni; esto se convirtió en una causa mundial, quien no había escuchado hablar del Yasuni, o había visto alguna imagen del Yasuni, es porque estaba muerto, pues era imposible no hacerlo, por la difusión que este proyecto tenía a todo nivel… escuelas colegios, universidades...
El nombre del Yasuní se vendía en todo… ropa, zapatos, refrescos, insumos agrícolas, libros cuadernos, videos, películas, afiches, etc.etc. Parte de las utilidades de la venta de todo lo que llevaba la marca Yasuni, se destinaba a incrementar los fondos para salvar el parque. Nunca antes en el Ecuador ni en Latinoamérica se había visto cosa semejante; en realidad la conciencia del mundo despertó.
Miguel y su grupo habían logrado lo inlograble, estaban a punto de cerrar negociaciones millonarias, con lo que salvarían al parque.
Cuando todo estaba ¡Viento en popa! Y parecía que este sueño se hacía realidad, sucedió lo inesperado. Los países que más aportaban a este proyecto, retrocedieron y no cumplirían lo ofrecido, pues cambiaron sus gobernantes y con estos sus políticas. Empezaron a pensar solo en ellos y en el momento; pusieron muchas condiciones, condiciones que iban incluso en contra de la soberanía del Estado Ecuatoriano, condiciones que Rafael Correa no las aceptaba, así como tampoco las aceptaba la comisión que estaba negociando. ¡Todo se vino abajo!
Rafael Correa, quien era de izquierda, había adoptado políticas de dar a los menos necesitados, y de pronto se vio sin recursos para seguir manteniendo su política. El país entró en crisis y urgía sacar dinero de donde sea. Las condiciones económicas, hicieron que Correa tomara la peor decisión de su vida; era la peor sí, porque esta decisión iba en contra de su misma voluntad, pues el defendió el proyecto y luchó por este, pero la situación le obligaba.
Ya algunos medios de comunicación escrita, anunciaron que se ha comenzado a explotar el Yasuni; esta noticia fue desmentida y se aclaró que el campo que se está comenzando a explotar es el Paniancocha, campo que está localizado a 100 Km. de Yasuní; claro que creemos que el impacto ambiental que esta produzca hará daño al Yasuni de cualquier forma.
Un día domingo en cadena nacional de televisión; Correa se dirige al pueblo y al mundo entero, haciendo saber de la imposibilidad de concretar el proyecto para salvar al Yasuni, y su decisión de explotar el petróleo que se encuentra en este parque. Los diarios de todo el mundo, hablaban del Yasuni, y de la resolución adoptada por Correa. Muchos la lamentaban, algunos la condenaban y otros la lloraban.
Esta noticia fue para Miguel un balde de agua fría. Todo lo hecho se fue al diablo. Había subido el Everest y cuando se cogía del pico de una roca para culminar su ascenso, esta se desprendió cayendo en picada hasta dar al suelo.
- ¡No puede ser! ¡Esto no puede estar pasando!
Miguel se abrazó a su mujer mientras veían el anuncio de Correa, y solo le salían las lágrimas de impotencia. En cierta forma él sabía lo que pasaría pero tenía esperanzas que no se diera.
Desconsolado y descontrolado, al igual que Susan, pensaron que esto era el fin.
- No permitiré que esto suceda. Correa tiene que rever su decisión, el mundo tiene que apoyar el proyecto, no sé como lo voy a hacer, pero lo haré.
- ¡Mi amor no sufras!, estoy segura que esto no se va dar, encontraremos la salida; Correa tampoco quiere que esto pase, tú lo sabes bien. Organizaremos marchas de protesta, haremos que el país eleve su voz de desacuerdo, haremos que el mundo proteste; recuerda que mucha gente ha estado apoyando nuestra causa.
- Sí amor, tienes razón, no claudicaré, lucharé y daré mi vida si es necesario, pero no me quedaré así.
Empezaron Miguel y Susan a organizar protestas, plantones, huelgas; pidió apoyo a las escuelas, colegios, universidades… de todas recibió un sí. En el transcurso de la primera semana después de la noticia, las ciudades del Ecuador se convulsionaron; las protestas que debían ser pacíficas, se convirtieron en luchas callejeras, con destrucción de bienes públicos, con presos, heridos etc. Miguel aparecía como responsable de algunas de estas marchas, el gobierno ya no veía con buenos ojos lo que Miguel había ocasionado, sin embargo esta no era su intención y así lo entendían, pero pedían que no siga con esto. Toda la semana se dieron protestas a nivel nacional, ya en estas nada tenía que ver Miguel, ya era cuestión del sentir de la gente, que tanto había pregonado por la defensa del Yasuni.
Las protestas no solo fueron a nivel nacional, se dieron protestas a nivel mundial, muchas de estas solicitadas y orquestadas por Miguel. Al parecer la decisión de Correa estaba tomada y no había marcha atrás, empezarían a explotar el petróleo y era algo inevitable. La comisión negociadora, o lo que quedaba de ella, no perdía la esperanza de que se de vuelta atrás y no se saque el petróleo del Yanusi, y seguía luchando para conseguirlo, pero al parecer la decisión estaba tomada y no se cambiaría por nada.
Efectivamente; se firmó un acuerdo y un contrato con una de las multinacionales petroleras venezolanas para explotar el petróleo, noticia que fue difundida a nivel mundial, causando un golpe muy fuerte a quienes lucharon por que esto no pasara, noticia que golpeó especialmente a la comisión negociadora y particularmente a Miguel por su incansable lucha.
Las protestas se agudizaron con la noticia, ya no había necesidad que Miguel se encargue de liderarlas, o que sea él quien de un modo u otro las provoque; organizaciones nacionales y extranjeras protestaban en algunos países del mundo y en especial en Ecuador. Las protestas no iban dirigidas en contra del gobierno ecuatoriano, sino iban dirigidas en contra de los gobiernos de los países de todo el mundo, pero más en contra de los países industrializados que se resistían a ser parte de esta plausible iniciativa.
Las protestas en el país cada día subían de tono; la fuerza pública había detenido ya a algunos universitarios y colegiales por destrucción de bienes públicos, pues estas marchas tenían siempre brotes de violencia. Miguel por su parte hacía gestiones internacionales para evitar el desastre pero al parecer no lo lograría.
Se organiza por parte del alcalde de Guayaquil una gran marcha para detener la decisión del presidente de la república, pero la protesta no era en su contra; a esta marcha fue invitado Miguel, así como mucha gente de todas las provincias del Ecuador. Se podía prever el éxito de la marcha por la convocatoria realizada, y por el poder de convocatoria que tenía el alcalde Nebot, y así fue. El día mismo de la marcha había cuadras y cuadras de gente de todas las clases sociales agolpadas en las calles del puerto principal. Miguel por su parte fue a Guayaquil con Susan y su hijo Peter, el que ya tenía nueve años. En el desarrollo de la marcha, se gritaban consignas, se exhibían pancartas con frases de protesta, en fin, la misma fue todo un éxito. De esta marcha hicieron eco algunos canales de televisión a nivel mundial.
Una vez terminada la marcha, Susan, Miguel y su hijo, se embarcaron en un taxi, para llegar al terminal terrestre y de aquí salir a la ciudad de Cuenca, que es en donde estaban radicados; no tomaron un avión porque no había vuelos a esa hora y querían llegar lo antes posible a Cuenca.
De pronto en el camino al terminal terrestre, al taxí en el que viajaban se le atraviesa un auto, obligándole a conductor a detenerse en forma brusca. De este vehículo bajan tres sujetos armados y se llevan con ellos a Peter. Miguel quedó inconsciente en el piso, producto de un cachazo que le propinaron con un arma de fuego los delincuentes, mientras Susan gritaba desesperadamente pidiendo ayuda. Todo esfuerzo de la policía fue en vano, trataron de ubicar a los plagiadores por medio del helicóptero de la policía, pero todo fue inútil. Miguel estaba descontrolado, no sabía qué hacer; hizo saber de lo ocurrido a sus padres, a los padres de Susan, quienes en cuanto pudieron viajaron al Ecuador para tratar de ayudar aunque sea con su apoyo.
La policía recomendaba esperar, pues de seguro los plagiadores llamarían pidiendo una suma de dinero para devolver al menor; los policías sabían cómo funcionaba esto, a lo que ellos llaman el secuestro exprés (rápido) y sabían negociar.
La espera fue desesperante, cada minuto, cada segundo que pasaba para Susan y Miguel eran horas. Pasaron dos días ya del plagio, cuando por fin suena el teléfono de Miguel, en su casa en Cuenca, en donde estaban los padres de Susan. Los plagiadores exigían UN MILLON DE DOLARES para dejar libre al niño; esta cifra era una locura, Miguel y Susan no la podrían conseguir ni vendiendo todo lo que tenían. Al parecer los plagiadores no conocían de la realidad que vivían los padres del niño. La negociación estuvo a cargo de la policía, esta sabía cómo manejarla por la experiencia en otros casos; Miguel solicitaba, imploraba que no se hiciera publicidad de este asunto, pues sabía que la vida de su hijo corría peligro; a pesar de esto, ya la noticia se había regado. Miguel y Susan, recibieron apoyo de todos los sectores, incluso un fuerte apoyo de la presidencia de la república. Correa estaba dispuesto a ayudar en lo que pudiera y a combatir a la delincuencia, pero había que hacerlo con cautela.
Llegaron a su lado y se pusieron a su disposición sus amigos Huaoranis, Tagaeri, Taromenani, quienes vestían sus trajes típicos y llevaban sus flechas y sus pinturas de guerra, pues ellos venían a combatir con el enemigo.
Pasó ya una semana y los plagiadores no cedían en su pretensión, hasta que impusieron un plazo para que paguen el rescate, con la amenaza de quitar la vida al niño. El mundo se les venía abajo, no atinaban qué camino seguir; pensaron en tratar de conseguir el valor del rescate, esto en contra de lo que recomendaba la policía e inteligencia del ejército que había proporcionado el presidente de la república, pues ellos aseguraban que era cuestión de poco tiempo para dar con el paradero del niño. La desesperación empezó a apoderarse de Miguel y Susan, sentían impotencia, amargura, desesperación, pero no se resignaban a seguir luchando; habían reunido ya medio millón de dólares, pero ese medio millón que faltaba lo veían imposible. Los plagiadores se comunicaron una vez más; esto, a la policía le parecía positivo; decían que mientras más se comuniquen es mejor, que así se les podía rastrear, y porque demostraban desesperación, pero al mismo tiempo, podían tomar alguna decisión apresurada con el niño y por este lado no era bueno.
Las fuerzas de Miguel y Susan se agotaban; no pararon un solo instante, no comían, no dormían, hubo necesidad de ponerle a Susan un suero porque ya no tenía fuerzas para estar de pié. Miguel por su parte, sacaba fortaleza de donde no tenía, y seguía en pié. Los plagiadores volvieron a llamar, pero en esta ocasión, Miguel pidió que no intervenga la policía, que sería él quien hable con ellos.
- ¡Aló! ¡Hable por favor!
- Tú hijo aún está vivo, si quieres que te lo devolvamos con vida ya sabes que hacer.
- ¡Por favor permítame hablar! ¡Por favor!
- ¡Tienes medio minuto!
- Entiendo de sus necesidades, entiendo de la desigualdad que existe en el mundo y en particular en este país, y que es lo que les lleva a tomar estas medidas extremas. Créame que he hecho lo imposible para conseguir ese dinero para Ustedes, pero solo he logrado reunir QUNIENTOS MIL DOLARES. Por favor tomen este dinero; Yo les garantizo que no haré absolutamente nada. Agradeceré a Dios por haberme devuelto a mi hijo y seguiré mi vida.
- ¡El millón, o no hay trato! Tienes hasta el viernes, te quedan cuarenta y ocho horas.
Miguel dejó el auricular desconsolado; se abrazó de su mujer y no hizo más que llorar y gritar, renegaba de Dios, de la vida, de la gente, de todo y de todos. Se descontroló tanto que pidió a la policía que no siga interviniendo, los acusó de ser los culpables de que no se haya llegado a un acuerdo con los plagiadores; en fin perdió toda noción de lo que decía y hacía, entró en shock. Lo internaron en una clínica, en donde pasó un día casi inconsciente, ¡Sedado!
La conversación de Miguel con los plagiadores, fue muy positiva; esta ayudó para que la policía pueda rastrear la llamada y establecer un área, en donde posiblemente podía encontrarse el niño.
Miguel salió de la clínica, e inmediatamente quiso enterarse de qué había pasado en su ausencia. La policía le comentó de la buena nueva producida gracias a su conversación con los plagiadores, pidió a Miguel autorización para intervenir; fueron claros en el peligro que corría la vida de su hijo.
Al parecer los plagiadores se encontraban introducidos en el monte, casi una selva en la costa. Terreno agreste y de difícil acceso. La policía e inteligencia militar escogieron los hombres que sabían caminar en la selva, y tenían en sus filas, hombres que lucharon en la guerra del Cenepa contra el Perú; entre ellos estaban dos Huaoranis amigos de Miguel, quienes estaban prestos a combatir al enemigo y tenían la seguridad de traer de vuelta y con vida al niño.
Miguel al ver que sus amigos indios irían, dio la autorización, para que intervenga la policía en el rescate; tenía mucha fe en sus amigos.
La Policía de manera muy inteligente y cautelosamente, ingresó por diferentes flancos al lugar en donde se encontraba el niño; lo hicieron como civiles, disfrazados de montubios, de borrachos, etc. Mientras que sus amigos fueron con sus bodoqueras y cerbatanas con sus puntas envenenadas.
Encontraron el lugar; efectivamente el niño se encontraba allí, pero estaba muy custodiado, por lo que había que tener mucho cuidado.
Los Huaoranis fueron los primeros en llegar y avisar de su hallazgo; estos pidieron que no usaran las armas, sino que ellos utilizarían sus cerbatanas para el efecto. Dispararon sus puntas, dos de ellas dieron en el blanco, pero la tercera pegó en el arma del plagiador, lo que le alertó con lo que estaba pasando, por lo que disparó hiriendo a dos de los Huaoranis, al escuchar los disparos la policía abrió fuego desde los puntos en donde se encontraban ocultos y dieron muerte al plagiador. No se percataron que tras del niño camuflados en el piso, se encontraban dos plagiadores más, estos tomaron al niño como escudo y lo matarían si era necesario. Los Huaoranis, se encontraban tendidos en el piso, parecían muertos, pero uno de ellos aún tenía fuerzas para soplar, desde el piso sin que estos se percaten, gracias a los tiros de los policías y militares de los cuales debían cuidarse, sopló su cerbatana y dejó fuera de combate a uno de ellos; el otro al verse solo, tomó contra su cuerpo al niño y se lanzó al piso con el arma, el niño alcanzó a divisar en el suelo, la punta envenenada de los Huoranis, aquella que pegó en el arma del plagiador, cuidadosamente y con mucho esfuerzo la tomó del piso y la clavó en la pierna del plagiador, este al sentir la punta, se la quitó, pero el veneno era tan letal que lo dejó fuera de combate.
- ¡No disparen! ¡No disparen! ¡Estoy bien! ¡Ya o hay peligro, voy a salir!
- ¡Peter! ¡Estás seguro de lo que dices!
Desde el suelo muy cerca de la cabaña se escuchó:
- ¡Enemigo muerto! ¡Enemigo muerto! ¡Misión cumplida!
El niño salió; los policías cercaron el área, tomaron sus precauciones e inmediatamente un helicóptero les dio apoyo llevando a los heridos y al niño.
El encuentro del niño con sus padres, fue algo indescriptible; lloraban a gritos, pero con gritos de felicidad, con las lágrimas de aquel niño que acaba de nacer, pues ellos sentían que su vida volvía a empezar.
Miguel fue a visitar a los héroes, sus amigos los Huaoranis, quienes por fortuna no necesitaron más que una simple cirugía para sacar la bala de sus cuerpos; se abrazó con cada uno de ellos, llorando y agradeciendo lo que hicieron por él; realmente era conmovedor.
Después de la pesadilla, el asunto Yasuní había tomado fuerza; durante todo el tiempo, las cadenas televisivas transmitieron la noticia del plagio de Peter, y la gente creía que la forma de apoyarlo era defendiendo el proyecto de salvar al Yasuni; se habían obtenido muchos logros y al parecer la victoria era un hecho; el sueño del Yasuní se haría realidad.
El Presidente Correa, invitó a Miguel y sus familias a la presidencia de la república y públicamente agradeció su gestión, dijo que gracias especialmente a él y a todos quienes lucharon por la causa, el Yasuní es una realidad.
Miguel se internó en el oriente, con sus amigos, mientras Susan y Peter pasarían una temporada en Francia y Suiza. Durante su estadía en el Yanusi, Miguel escribió la mejor de sus obras; esta tuvo un rotundo éxito; traspasó fronteras, se tradujo a todos los idiomas del mundo; esta no solo estaba escrita, contenía hermosas fotografías capturadas por su amigo ecuatoriano – alemán, Klaus, un joven fotógrafo de abuelos Cuencanos y Germanos.
Fin…
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