Philip se encontraba sobre el borde del edificio donde tenia ya diez años desempeñando su labor de abogado (su principal tarea era interceder por los empresarios cuando estos se metían en problemas por los métodos poco ortodoxos que ejercían para quedarse con acciones de otras empresas), era el mejor en su puesto por eso tenia ahí ya tanto tiempo como podría decirse uno de los únicos sólidos en la corporación.
El helado aire lo mantenía fresco, aun llevara puesta un gran abrigo (una gabardina color café) el aire hacia que titiritara hasta el echo de no poder mantener su mandíbula quieta ni un segundo, pues por fuera estaba bien acogido, pero el aire que entraba pos sus fosas nasales era el que provocaba un frió interno, y mas aun por la fuerte inhalación de Philip, la cual se había acelerado por el nerviosismo de enfrentarse a la muerte.
La razón de Philip para lanzarse a mas de 200 metros no tenia nada que ver por problemas económicos (en su posición en la empresa era imposible no contar con unos cuantos cientos al día), tampoco se debía a la dependencia de algún fármaco o alguna enfermedad maligna ni benigna, mucho menos deudas, no, el problema de Philip, la razón que lo tenia a 45 pisos sobre el suelo era el echo de comer solo día con día, de llegar por las noches a casa y no tener un recibimiento acompañado de un gran abrazo y un “ que crees que me paso hoy papi”, la desesperación por sentarse en el sofá y no prender la tele, el echo de tener idea de que hacer solo en la sala, el echo de sentirse invadido por la soledad y la tristeza, el echo de sentir aun el hueco que se formaba el la matrimonial, esa era su razón. Bien dicho es afirmar que no puedes morir por no tener un millón de dólares en las manos, pero si seria para la mayoría el pensar en morir por haberlos perdido, exactamente era el caso de este suicida.
Tuvo años en los que almorzaba, comía, cenaba acompañado por dos reinas, años en los que los recibimientos después de un día duro aun si fueran diarios o parecidos lo sorprendían y agradaban, tan poco tiempo le pareció que estuvieron con el, falto tanto, tantas cosas que decir, tantas caricias, tanto…. Pero ahora tenia meses exactamente 24 meses ya dos años en los que se veía invadido por la penumbra y la falta de cariño.
Ya hace dos años que Melina y la pequeña Treisi habían ido por la 5ª avenida hace 24 meses (maldita exactitud) que el auto se había echo pedazos.
Hace ya tantos y pocos meses que Philip había perdido una esposa y una hija, esa era su razón.
Philip echo un vistazo hacia abajo y observo como el tráfico tenia a toda una hilera prácticamente detenida – y se quejan de no encontrar estacionamiento- trato de bromear pero al escuchar la voz que emanaba de su boca, esta le asusto, era el tono de voz que utilizaba para el sarcasmo, y remonto su memoria hace 2 años.
- que pasa con tigo Phil sabes como se ponen esos lugares, acaso no te es posible cuidarla solo un par de horas
- Mel deberías estar conciente que tengo toda una mesa llena de papeles, no tengo tiempo de jugar con ella, estoy trabajando, llevala con tigo
- nadie te esta pidiendo que juegues con ella, para esos están sus amigos, solo quiero que la cuides, es mucho pedir
- mira mujer estoy muy estresado ahora te la llevas y después hablamos, me escuchaste
- no me hables en ese tono, soy tu esposa no tu esclava, me oyes tu a mi
- ahora saldrás con tu feminismo que problema creo que me tendré que conseguir un abogado (en tono de sarcasmo Philip se burlaba) a no disculpa que tonto yo soy uno, y soy muy bueno, tanto que no te falta nada y ahora que estoy ocupado mi esposa se niega a llevar a su hija consigo, creo que te demandare yo a ti por esclavitud mi amor.
Melina aparto de un empujón a su marido y este hizo un ademán, después se dirigió hasta la sala donde para su sorpresa se encontraba Treisi sentada con un crayón en mano
- que crees que haces Treisi – la niña al escuchar que su padre la llamo por su nombre sintió miedo pues normalmente el daba seudónimos como conejita o bomboncito, ella sabia de antemano que un “Treisi” iba acompañado de un regaño
- te estoy ayudando con tu tarea papi, estoy coloreando tus letritas
Philip se acerco y al ver los estados de cuantas y los apelativos marcados con azul y rojo
dio un grito al aire y dirigió su mano entreabierta al brazo de la pequeña para sujetarla, pero Melina la sujeto antes y la quito de la ruta de Philip
- ni creas, a ella no le amargaras el día
Philip sentido por la ira dejo que su coraje hablara – tendrías tu merecido escuchaste Treisi
La niña se oculto detrás de su madre la cual la sujeto de nuevo y salieron por la puerta de enfrente.
Philip nunca había levantado una mano en contra de su esposa e hija, lo que se dijo fue solo palabras y el y Melina lo sabían, el se preparo un café y empezó a solucionar los problemas de la empresa y los que su hija le había provocado.
El café le había provocado cierto malestar en el estomago, y este se levanto en busca de algún medicamento que calmara su dolor, ya era tarde, el no se había dado cuanta pero ya habían transcurrido seis horas desde que su esposa había salido de la casa, al pasar cerca del teléfono se detuvo pues este estaba sonando, no se escuchaba el volumen del sonido, tal vez Treisi estuvo jugando otra vez con el, lo tomo y contesto la llamada:
- buenas noches, diga
- disculpe el Sr. Philip Domther
- si el hablaba, que se le ofrece
- escuche…. lamento decir esto pero su esposa tuvo un accidente y ….no sobrevivió
- ¿que?- grito tomándose el cabellos con su mano libre, y casi por reflejo verbal pregunto – y la niña – no contesto nadie del otro lado de la línea – ahora Phil grito -¿y mi pequeña?
- lo siento….
Después del funeral doble Phil se encerró en su casa por una larga semana, pidió incapacidad, compro una botella de buen vino y se sentó a la mesa de la sala, adelgazo unos cuatro kilos y su piel se pinto blanca por una semana, después todo se aclaro para el, tenia el dinero del mundo, tenia al mundo en sus manos si el quería, pero no esa no era la forma en que el pensaba, era un arranque de ira y asco, asco hacia el mismo, el pensamiento le duro solo unos cuantos días, después volvió a la realidad, una que no soporto por mucho tiempo.
Philip metió la mano en su gabardina de corte ingles (el dinero no faltaba) y saco de ella un revolver, el mismo que había recibido como regalo por su dieciochoavo cumpleaños, este le fue entregado por su abuelo paterno
- Quien diría, gracias abuelo por facilitarme las cosas
Coloco el arma en su temporal derecho y lo sostuvo lo mas quieto posible (ya no temblaba),
Antes tenia que volverlo a pensar, que tan cierto el echo que su vida se encaminaba a no tener ningún sentido como venia siendo ya hace dos años.
Beti se le insinuaba constantemente, era linda, esa era una verdad que no solo el notaba, todos en el piso, mas aun la empresa entera sabia, pues arrastraba la mirada de todos como quien jala la correa de un can, pero aun así ella no era Melina, nunca lo seria….
Sujeto con mas fuerza el arma y apretó el gatillo como quien toma rápidamente un antibiótico para hacer que el sabor pase lo mas rápido posible, pero esta no disparo, el revolver tenia seis orificios en el cargador (recamara) y casi todos tenían balas, solo había una bacía y era esa, a la otra seria todo. Aflojo de nuevo la mano.
Pero porque Treisi, porque su pequeña conejita, porque había tenido que haberla mandado con su madre, porque gritarle, era una niña y lo que buscaba era ayudar, no estaba seguro del porque de eso, solo sabia dos cosas, que su conejita no volvería a dar brinquitos hacia el y que el había sido cómplice de la muerte de su hija.
Philip fue invadido por un odio parecido al de aquel día, pero ahora contra si mismo, una rabia enorme y levanto su arma, la observo por uno y otro lado, y como quien se quita el brazo de un segundo del hombro (desaprovatoriamente) lanzo el revolver hacia atrás, miro su mano en la cual se notaba la culata de la pistola ahí marcada de un tono rojizo por la forma que la apretó por minutos tan largos, levanto la cara al cielo y observo que había tantas estrellas como automóviles en la autopista, era algo nuevo, pues en las ciudades este fenómeno es casi imposible, puso un pie delante de el teniendo solo uno sólido al suelo de la placa y el otro al aire, bario los brazos y grito: perdón Treisi – su voz era distinta jamás había pedido perdón a nadie y lucia cortante – perdón Treisi tendré mi merecido – Philip agrego su peso hacia delante y se hizo presa de la gravedad, se vio envuelta en la presión del cuerpo por estar en el suelo, Philip se lanzo al vació, donde encontró su objetivo, donde a 214 metros se encontró su merecido….
Fin
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