Miran absortos
y la abeja revoloteando...
entre sus hocicos.

Cuando no duermen, están tranquilamente recostados, siempre a mi lado... ¡Hasta que aparece algo por la ventana!
Como si se burlara de ellos, pasa velozmente entre sus narices y vuelve a subir hasta lo mas alto del techo. Shiro se levanta y se inclina en sus dos patas delanteras, atento y alerta. Shara siquiera mueve sólo la cabeza siguiendo sigilosamente el trayecto que marca en el espacio, su vuelo. Se lanza en picada como kamikaze sin saber lo que le espera, pero... Pierde la batalla. Shara sin levantarse si quiera y de un sólo zarpazo, la deja atontada en el piso. Shiro la mira con complicidad y vuelve a acostarse tranquilamente. Ambos saben que han ganado la batalla y miran a la pobre abeja como trata lastimosamente de emprender nuevamente el vuelo...

Karma.

KYOSHI

Shiro y Shara son mis dos eternos acompañantes caninos