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Anatomia de una Psicosis.

Quinto Caso: El inspector Sammuel y la familia Darkson.

1. El expediente AES.

Lunes, ese odioso dia de la semana, comienzo del tormento en las oficinas, colegios, tiendas, servicios públicos, causante del tráfico en las grandes urbes, pero sobre todo en el despacho de un inspector de policia.

Concretamente en el del inspector Sammuel Abraham Benson. Sammuel, odiaba más que nadie los lunes por la mañana, aborrecia el tráfico después de ese domingo tranquilo, en el que ir a la montaña era algo realmente sano y agradable. Las carreteras vacías, no había mucha gente y sobre todo, exístia algo llamado 'PAZ'.

Entró por la puerta de la comisaria con cara malhumorada. Era el primero. Sí, él siempre era el primero en llegar a comisaría, en encender la cafetera, la copiadora y el aparato refrigerador, que a trancas y barrancas daba su aire fresco, porque lo que se dice frio, el justo y sin pasarse.

Metió la llave en la cerradura del despacho. Abrió la puerta y miró hacía la lujosa mesa de madera. Sobre la misma había un expediente. Sólo uno. Le pareció extraño que sólamente le hubieran dejado un expediente. Siempre la tenía atestada de ellos. Pero en vez de eso, había una carpeta de plástico de color rojizo. Aquél color no le hizo mucha gracia. Un expediente de color rojizo, significaba sólamente una cosa: 'Asunto Extremadamente Sensible (AES).'

Un asunto 'AES' correspondía casi siempre a un tema escabroso y dificil de solucionar. A veces se preguntaba el por que ese tipo de asuntos no los llevaba alguien con otro entrenamiento. Alguien preparado para algo así.

Sammuel no sabía si cerrar la puerta e irse por donde vino ó bien sentarse en su silla de cuero verde y comenzar a leer el historial de aquel expediente. Tuvo la tentación, la tuvo, de cerrar e irse, pero el deber como policia, como ciudadano y cómo persona decente, no le permitian ejecutarlo.

Si había un caso que aclarar, vidas que salvar ó bien algo que se pudiera hacer cómo un beneficio hacía los demás, Sammuel debería de hacerlo sin más. Cerró los ojos unos segundos, rezó porque el contenido de aquella carpeta no fuera demasiado complejo y los volvió a abrir.

Acto seguido, se acercó a la maquina de café, tomando una taza del estante se sirvió el primero de los muchos cafés que tomaría durante aquella mañana. Se dirigió a la mesa y se sentó en su comfortable butaca. Se puso sus lentes y pasó la portada. La portada del horror y de una historia que iba a hacer que Sammuel se mojara sus ganas en aquella taza de café, ganas reales de salir corriendo de allí ántes de que alguien llegara y le viera.

Su cara malhumorada iba cambiando poco a poco según pasaba las páginas del expediente en cuestión.
Su cabeza se movia de un lado a otro, lo que sus ojos transmitían a su mente, era sencillamente espantoso.

El caso llevaba trescientos años sin solucionarse, trescientos años de ir de un inspector a otro. El primer primogénito de la familia en cuestión, la familia Darkson, fué el que originó todo hace exactamente tres siglos. Ahora el primogénito del siglo XX, era quién hacía el protagonismo, aquél expediente era entregado a un inspector diferente cada siglo, y cada siglo llegaba de nuevo al archivo sin cerrarse.

La culpa de todo la tenía un Gen, un maldito Gen que se transmutaba en algunos momentos. Aquél Gen hacía cambiar la mente del primogénito cada siglo, solo una vez, solo unas horas, las suficientes para acabar con vidas humanas.

Por supuesto, ningún inspector había averigurado aún la verdad. Ese Gen era condenadamente dificil de verse, se portaba como uno más, solo cambiaba a veces de una forma tan rápida que en verdad era imposible casi de descubrir.

El primer primogénito, hizo desaparecer tres personas, sus cuerpos nunca aparecieron. Sin cuerpo, no hay caso ante un tribunal.

El segundo primogénito, hizo desaparecer seis personas, sus cuerpos tampoco aparecieron. Tampoco hubo caso ante un tribunal.

Y ahora le tocaba al tercero, ¿ cuantas personas desaparecerían en esta ocasión ? ¿ nueve ?, sí, el síndrome de tres perfecto: tres, seis, nueve.

Si Sammuel no conseguía encontrar pruebas reales, pruebas que hicieran que el último vástago primogénito de la familia Darkson acabara entre rejas, ¿ cuantas personas moririan el siguiente siglo ? ¿ doce ?. Doce son muchas personas , tres, seis, nueve ya son cifras importantes, ¡¡¡ pero doce, es una docena !!!

Sammuel estaba realmente asustado, el caso no era nada fácil de solucionar. Un rompecabezas que alguien había dejado caer sobre la mesa de su despacho en la noche del viernes y que él había encontrado y abierto aquél maldito lunes.

'Odio los lunes' - Sammuel sólo dijo eso. No sabía que más decir. Aquél caso lo tenía estupefacto y mudo en sí.

La pruebas realizadas denotaban que los Darkson eran en principio los culpables de esas desapariciones. Pero, ¿ Dónde estaban los cuerpos de las victimas en verdad ?. Eso es lo que hacía que aquél expediente 'AES' siguiera dando vueltas por los despachos de los inspectores sin una solución óptima sobre el mismo.

Escrito por Carlos Them

© Copyright Carlos Them 2006. Todos los Derechos Reservados. All Rights Reserved.

Texto agregado el 26-01-2010, y leído por 149 visitantes. (0 votos)


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