Historias de una Casa Encantada.
5. En la biblioteca.
Marcus y Agatha salieron por la mañana temprano de la pensión de Waldo sin muchas miras atrás y se dirigieron hacía la biblioteca que quedaba según el mapa de situación de Lonely Cross al final de la calle central del pueblo. Todo lo que iban observando a su paso, tenía la misma edad que la pensión y Villa Magna. Después de andar durante un rato, divisaron el edificio que parecía corresponder con la descripción que el plano tenía de la biblioteca en sí.
Llegaron a la misma, la puerta de ésta se encontraba abierta. Entraron y vieron que el polvo y el desorden eran los principales factores que gobernaban el interior del gran edificio. Se miraron ambos y después hacía los largos pasillos dónde estaban las estanterias con los libros, periódicos y fascículos de la época.
"¿ Tú crees que encontraremos aquí algo sobre Villa Magna y lo que pasó realmente allí ?", preguntó Agatha a su hermano.
"No lo se bien Agatha, al menos, nos enteraremos de la vida de las personas que ocupaban en su momento la casa, date cuenta de que si estos periódicos son de esa época, podemos mirar tal información y saber a que atenernos cada vez que veamos un fantasma en las habitaciones de ésta", respondió Marcus con cierta cara de esperanza.
Marcus se acercó a la primera estanteria dónde se encontraban los diarios ordenados por fechas. Sopló fuertemente sobre ellos, el polvo era denso, las telarañas formadas en la librería eran realmente grandes, Marcus buscó un bastón de madera que sobrara de los que sujetaban los peldaños de la estanteria, para poder deshacer un poco aquél entrelazado que le impedía llegar hasta dónde su mano necesitaba para obtener todos los números.
Una vez hubo limpiado todo, recogió los diarios y los puso sobre una mesa, antes por supuesto de soplar el polvo acumulado que había sobre la misma también. Llamó a Agatha que estaba en la estantería contigua para que le ayudara a recopilar la máxima información posible.
Cogió el primer periódico y comenzó a leer los titulares que aparecían en sus páginas. No había nada inusual, hasta que llegó a las páginas de sociedad.
Allí estaba Villa Magna. Lord Edwards Evangels era quién ocupaba la casa en esa época, seguramente el primer dueño de la misma. Según parece la casa era en sí un lugar dónde las fiestas se acometían con asiduidad. Algunas personas del pueblo subían a Villa Magna invitados por Lord Edwards y su mujer Constantine. No había mucha más información de las actividades ó vida de ambos.
Agatha tomó el segundo diario. Buscó directamente en las páginas de sociedad.
Villa Magna aparecía de nuevo. En esta ocasión, no para algo grato ni pomposo cómo una fiesta, sino todo lo contrario, para relatar una muerte, la de Lord Edwards ...
Escrito por Carlos Them
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