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Inicio / Cuenteros Locales / yuukoichihara / \"Las espinas de la rosa-La trampa, las elecciones sin participantes y las rosas robadas-\". Capitulo 5

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“Las espinas de la rosa”
-La trampa, las elecciones sin participantes y las rosas robadas-
V

-El sonido del despertador de Lei me trajo del mundo de los ueños.los ojos, un poco pegajosos por las lágrimas que derrame la noche anterior, la boca un poco reseca y un ánimo de los mil demonios fue lo que mi ser pudo percibir. Lei por su parte se levanto de su cama y apago el despertador que esta en su escritorio, después de un súbito bostezo de su parte gire mi cabeza hacia ella, sus ojos me miraban claramente con unas lagrimillas que se formaron al lanzar la anterior espiración.
-¿te sientes ahora mejor?-me pregunto lentamente mientras se tallaba los ojos-ya que te veo un poco………………..floja , ya que no quiero decir que triste.
-Si, no te preocupes, ahora me encuentro mejor-respondí al quitar el sobrecama de encima mío y erguirme, rascándome la cabeza y alborotando un poco mi cabello.
La verdad no me sentía bien, mi sueño se fue en pensamientos que no es normal que recuerde, a menos que esos pensamientos hayan sido tan prolongados y profundos. Lei se dirigió a mi y me dio un beso en la mejilla, u gesto tierno de su parte me arrancaron una leve y singular sonrisa que se desfiguro al instante después de que ella entro al baño y el ruido del grifo del lavabo invadieron el lugar. Me quede con la cabeza baja, mirando el pantalón de mi pijama, pensando y haciendo una mueca con la boca tratando de imponerme que no me debería importar en nada lo que ellas hagan, y aunque era verdad que sentía sentimiento por las dos- que aun no confundía con amor- no podía garantizar que fuere a durar, es decir era un relación entre dos mujeres, jamás en la vida se me había ocurrido algo semejante, ni si quiera de broma llegaba a pasar.
Lei salió del baño con su cepillo de dientes y en el un hilo tricolor de azul, blanco y verde que demostraba ser la pasta de dientes, yo me había levantado y comencé a tender mi cama.
-Mmmmmm, no quiero ser algo ruda, pero te toca hacer la cama.
-Si, no lo he olvidado; ¡vamos, crees que soy tonta!, tu ve a asearte y yo me encargo aquí, ¿de acuerdo?
-Bien, así lo hare-respondió y cerro la puerta del baño donde el splash del agua se escucho.
Yo seguía arreglando ambas camas, cuando alguien toco a la puerta, me detuve algo extrañada, Lei desde dentro había cerrado la llave `para preguntarme quien había sido, yo no conteste y abrí la puerta lentamente pero sin levantar la mirada, ya que mi suposición al escuchar la puerta era cierta, en el piso delante de la entrada se encontraba un hermosa y recién cortada rosa roja-si alguien me hubiera dicho que iba a ser la ultima rosa que vería esos días creo que mi reacción hubiera sido algo mas amable-la cogí del piso y la olí antes de meterla en el cajón donde tenia las otras rosas que Mónica me había obsequiado, al ver a sus predecesoras, vi como lentamente se marchitaban-en mi defensa no se que decir, ya que aunque el regalo provenga de lo que parecía ser un triangulo amoroso demasiado molesto o mejor dicho interesante, por lo menos me hubiera tomado la molestia de ponerlas en un florero o por lo menos en un vaso con agua para que no las viera morir de esa manera. Lei volvió a preguntar que quien había sido, le conteste que no había suido nadie y volví a mis labores; me preguntaba si necesitaba aclarar mi mente, era claro que tenia firmemente alejarme tanto de Mónica como de Judith, y ese era mi pensamiento, pero cuando lo trataba de imaginar en mi pensamiento un sentimiento de culpa agazapada me asaltaba y eso me daba temor, provocando en mi una sensación parecida a los escalofríos que me daban cuando una de de ellas me tocaba.
Lei salió de bañarse y me tocaba a mi el turno de entrar al baño, mi compañera me miro algo extrañada pero sin decir nada, al entrar me despoje de mi ropa, acomodando mi uniforme y ropa interior en el pequeño perchero que Lei había traído consigo desde que entro y mire mi cara al lavarme los dientes; las comisuras de mis ojos estaban algo enrojecidas, aproximé mi cara al espejo, parecía que había estado llorando hacia unos minutos, rápidamente inferí que por esa razón Lei me había visto tan sospechosamente.
La humedad del cuarto de baño era algo cómoda, el calor se impregnaba a mi piel entretanto abría la llave del agua caliente. Ingrese a la ducha y deje que el agua nuevamente se llevara mis penas. No sabia porque me tenia que tocar vivir esto, me preguntaba si no había sido un error el haber ingresado a la academia Lillian; un montón de pensamientos se me vinieron a la mente y no había pasado ni un mes desde que había dejado mi casa, lo cual me daba a entender que algo mas grave pasaría-y lo cual no me equivoque-y debía estar preparada para ello aunque sabia que no iba a ser de mi agrado. Dentro del baño al terminar de asearme, salí y me seque con la toalla, frote mi piel desnuda con el paño de algodón y me vestí lentamente, al salir, Lei me esperaba sentada con una mirada aun mas intrigante que la anterior al salir ella del baño, gire la mirada a mi escritorio y sobre este al lado de mi bolsa se encontraba una rosa roja. Me quede en silencio par que Lei después me reprendiera.
-Sabes que puedes confiar en mi, o ¿no?, no se por que motivo te atreviste a mentirme Nat, pero si sigues así, la verdad es que no va pasar nada bueno, debes decidirte que hacer al respecto, si quieres que las dos te dejen en paz, de acuerdo, habla con ellas y si no quieres hacerlo, Ivonne y yo hablaremos con Vanesa para que detenga esto de una vez, ya que no importa lo que hagas Nat, esta relación con cualquiera de las dos te hará derramar demasiadas lagrimas-suspiro y se puso de pie-pero tienes que decidirte, que es lo que vas a hacer.
-Perdona que te haya mentido……….la verdad me siento como una tonta, discúlpame Lei, tu e Ivonne lo que quieren es ayudarme, pero no se que hacer, es decir jamás había experimentado esto.
-Si, sí, ya lo se y ese sentimiento se llama amor, se que suena un poco raro y mas cuando se trata de amor entre dos personas del mismo sexo pero……………la única que tiene que buscar su felicidad eres tu y nadie mas, yo por mi parte y de seguro me atrevo a poner las manos al fuego que ni Ivonne ni Alejandra y mucho menos Vanesa te mirarían con otros ojos si tú quisieras estar con Mónica o con Judith.
-Gracias-es lo único que salió de mi boca mientras Lei se aproximaba a abrazarme cariñosamente.-
-Bien, tenemos que irnos y todavía no estas lista Nat, así que yo te peinare el día de hoy en agradecimiento a que tendiste mi cama.
Y así ella cogió la toalla que tenia en las manos y me sentó en su silla, se coloco detrás mío y comenzó a secar mi cabello despacio, tomando mechones de este y secándolo de arroba hacia abajo; cuando hubo terminado, tomó el cepillo y carmeno mi cabello que se había enredado. Con un lazo que terminaba en un hermoso moño rosa, cogió mi cabello en el y lo adorno con mi broche que siempre uso, me detuvo y antes de que yo me levantar de la silla, ella espolvoreo sobre mi un poco de maquillaje; asió su lápiz labial, uno con un hermoso tono rojo carmín y lo restregó sobre mis labios, yo estaba feliz porque ella me trataba tan bien, para terminar me eche un poco de perfume en mi cuello, ese aroma a rosas que tanto le gustaba a Lei, me coloque mío reloj y salimos de la habitación dirigiéndonos a la cafetería.
Me sorprendió que no viera a ninguna de las personas de las cuales soy objeto de miradas ya sea para bien o para mal, Vanesa y las demás se nos unieron y dando gracias-algo que nunca hago-tomamos los alimentos y nos dirigimos a nuestra aula donde ahora las clases empezarían. Al entrar al salón todas de nuevo me miraban ya que en mi asiento se encontraba la rosa blanca, correspondiente de Judith; Lei se acerco rápido a mi lugar, cogió la rosa y la metió en el cajón de su pupitre, nadie dijo nada, ni el mas mínimo sonido provino de alguna de las presentes, mire a Ivonne que estaba a mi lado y le sonreí, ella me miro y al hacerlo parecía que trataba de decirme “¿Por qué estas tan feliz?, ¿en verdad no te importa lo que acaba de hacer Lei, o simplemente estas ahora encaprichada?”,sin decir nada avance a mi asiento, salude a todas como usualmente lo haga y estas me devolvieron cortésmente mi atención para con ellas. Franchesca no dijo palabra y todas mis amigas se sentaron alrededor mío.
El día paso tranquilo, sin perturbaciones, no obstante aquí es donde había mencionado acerca del trato que le había dado a las rosas de Mónica, al día siguiente, de igual manera Lei se metió a duchar y yo abrí la puerta para darme cuenta de que ese día como los subsecuentes la rosa roja no estaba en donde se suponía Mónica siempre estaría; no era que fuera necesaria, pero al no verla sentir que algo se rompía dentro de mi o se formaba una inquietud insoportable.
Ese día y el siguiente también presentaron una súbita calma, eso si no cuento lo que le hizo Lei a las rosas blancas que aprecian por obra de la chica que siempre las llevaba a mi lugar por orden de Judith.
Era jueves y no había tenido contacto visual o por casualidad de ninguna de las dos, era muy raro que al llegar a la cafetería en el desayuno, comida o cena n o las viera, era como si ahora ellas me estuvieran evitando, por una parte era perfecto y por otra parte se encendía dentro de mi esa irritabilidad que me provocaba el no ver las rosas de ella fuera de mi habitación. Ninguna de mis amigas mencionaba acerca de Mónica o Judith a excepción de Jimena y de Erika que eran cruelmente desdeñadas por lo comentarios sarcásticos de Ivonne cuando ellas se acercaban a nuestra mesa donde comíamos a preguntar acerca de ese tema que por fuera parecía lo había superado pero por dentro me hería mas e Ivonne y Lei al darse cuenta-no es que Alejandra o Vanesa no se dieran cuenta de ello, pero era lo mas natural para mío que ellas dos me cuidaran tanto que me había hecho dependientes de ellas-y por esa razón eran ásperas cuando alguien las mencionaba delante mío.
Para ese día en cuestión, estábamos en la clase de historia universal, todas calladas mientras el profesor impartía la clase acerca de la época feudal, tomaba notas rápidamente y mi mano zurda se hacia mas ágil como pasaba el tiempo, de pronto alguien toco a la puerta, el profesor dejo algo anotado en el pizarrón y se dirigió a la puerta que abrió, yo volví la mirada como muchas otras; el cuerpo del profesor no dejaba ver con quien hablaba, pero al escuchar su voz, pude darme cuenta de quien se trataba. El profesor ingreso al salón y detrás de el como en una procesión entro la chica pelirroja es decir Brenda y después Mónica. Mi corazón latió con fuerza cuando la vio, aquí se desato un murmullo que fue callado por el profesor, era evidente que era concerniente acerca de la presencia de ella en el salón. Trate de disimular y Mónica camino hacia el frente de la clase donde estaba Brenda.
Ivonne hinco su dedo medio en mi espalda como si yo no me hubiera dado cuenta de lo que estaba pasando, todas de nuevo guardamos silencio cuando Brenda comenzó a hablar.
-Buenos días, la razón por la que hemos venido es para notificarles acerca de que este miércoles que viene se va a hacer la elección de las alumnas que representaran a el primer grado, cabe recordar-dijo mientras hacia su voz un poco mas gruesa-que estas alumnas al formar parte del consejo estudiantil, lo harán hasta que termine su instancia en esta escuela. No me explayare acerca de esto, ya que también otro motivo de que hayamos estado aquí es que mañana al terminar las clases, las alumnas de primero sin excepción tienen que estar en el auditorio para que se les den los reglamentos acerca de estas elecciones, además de que estarán los profesores encargados de los clubes extracurriculares que cada alumna debe tomar forzosamente, ya sea basquetbol, redacción, atletismo, soccer, voleibol, actuación, computación, música y cocina. A partir de mañana las alumnas que no quieran ser nominadas para las elecciones deben decidir que club formaran, para lo cual pueden ir a buscar a los profesores de estos en las aulas que están en el piso debajo de la dirección escolar, ¿alguna pregunta?
Todas se quedaron calladas, creí que nadie seria capaz de hacer por lo menos una observación aunque sea para que la persona que teníamos delante de nosotros pudiera repetir lo que dijo algo mas tranquila, pero al parecer al destino le gusta contrariarme.
-Mmmmmm……..bueno-dijo una voz algo vacilante detrás de mí-yo tengo una pregunta.
-Si, dime, ¿Cuál es tu duda?-respondió Brenda. Por su parte Mónica estaba seria con la mirada perdida, yo seguía mirando mi cuaderno sabiendo o esperando a saber que es lo que preguntaría Ivonne que era la única persona que tenia detrás mío.
-Bien, la verdad no se si sea una duda real……-este comentario me hizo sorprenderme ya que se contradecía algo, y esto o pudiera terminar en un desastre o en una historia demasiado chusca-lo que yo quiero preguntar…..-dijo mientras se levantaba del asiento. Todas la miraban excepto yo quien trataba de disimular mirando y haciendo garabatos en el cuaderno-es, ¿Qué pasaría si no se postulara ninguna alumna de los cuatro grupos?, ¿Qué es lo que se haría para definir a las representantes?
Brenda se quedo callada como no esperando una pregunta tan directa o tan lógica, a mi ni se me había ocurrido por un instante cuando Vanesa y Lei me lo dijeron. Sin decir nada, la que tomo la palabra fue su compañera que le contesto.
-¿Cuál es tu nombre?
-Me llamo Ivonne, pero la verdad no se que tiene que ver con lo que acabo de preguntar, ¿entiendes?-dijo en el tono sarcástico que siempre suele usar
-Pues nada, la verdad nada-dijo para después reírse un poco-solo quería saber el nombre de la persona a quien le voy a contestar, no es eso cortesía, a menos claro que………………….no te suene.
El ambiente se puso algo pesado por esto, sin embargo ambas se calmaron cuando Mónica por fin se decidió a responder sin rodeos.
-En el caso de que ningún grupo elija una candidata, esto se hará por consenso general, es decir se pondrán en las urnas el nombre de quien tú quieras y quien tenga mas votos es quien quedara como representante de las alumnas de primero, y así pasa con la vicerepresentante que es la que queda en segundo. ¿Te quedo claro?
Ivonne no dijo nada y agradeció la u información, ambas le agradecieron al profesor el tiempo que había designado para que ellas hablaran con nosotras y salieron del salón, y no se si me estaba imaginando cosas ya que al momento en que ella salió por la puerta alcance a escucharla decir mi nombre en esa atmosfera que antes estaba cubierta por el sarcasmo ahora se respiraba ese olor a nostalgia mezclado clara y extrañamente con el perfume de rosas que suelo usar.
Al terminar las clases dejamos a Franchesca después de ir a la cafetería la salida sin decir nada acerca de lo que había ocurrido ya que al parecer la que estaba de un genio pésimo era nada menos que Ivonne.
-¿A que actividad entraras Lei?-pregunte aliviando un poco la tensión.
-La verdad no se, pero creo que me inclinare por los deportes, la verdad me gusta demasiado estar en forma.
-Ya lo creo-dijo Ivonne-pero, ¿estarás en atletismo, soccer, voleibol o basquetbol?
-No lo se aun, pero en el club que este espero que haya buenas cosas, ¿no lo creen?
Asentimos con la cabeza y caminamos hacia los dormitorios, el sol se estaba ocultando a causa de las nubes negras que venían desde lejos, una ventisca helada de aire nos paso de largo, sabiendo que llovería entramos en el lugar Un trueno se dejo escuchar y el olor a tierra mojada llego a mi nariz, corrimos lo mas rápido que pudimos y con grandes aprietos, aunque nos mojamos un poco, nos pareció gracioso lo que había pasado y subimos entre risas al tercer piso donde al llegar y dirigirnos al corredor, mi gesto cambio al ver a Mónica fuera de mi habitación.

Texto agregado el 26-01-2010, y leído por 95 visitantes. (0 votos)


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