La primera y segunda falange de mi dedo meñique izquierdo me tentaba fascinando mi atención. Tienen el mismo grosor y puedo doblarlas imitando la curva de tu labio inferior.
Descanso el mentón sobre el anular, el corazón y el índice y empiezo un juego entre ellas y mis labios.
Se piensa maravillosamente así, adoptaré la costumbre. Es fácil descubrir esencias en esta postura, con el amor iluminándote.
Pobre Rodin, tan trascendental esculpiendo él. Que papanatas sería el primero que empezó a cacarear que eso era arte, la fuerza de un hombre pensando. ¡caray! Y a mí que me parece un hombre cagando estreñimientos.
Tengo que enseñarte a modelar en barro. Te serviré de modelo así, pensando con el meñique jugando en mis labios. Quiero que abandones tus manos por el húmedo barro, buscando que el sentimiento de forma, a esa presencia invisible que ves en mi y en tu propio espejo.
Concurso-votación en Internet, “el pensador” de Rodin, contra “el amante” de Angela. Y la pregunta es: ¿Cuál de estas dos esculturas cree usted que encontrará las verdades?
Down Rodin, Up Angela.