Por donde empezar, es tan extenso mi diagrama, pues ya no me escuchas y no encuentro forma de hacerte saber lo que siento.
Muchas veces me eh creído tan pequeña, a pesar de todos mis años, pues en esa sensación de pequeñez creí construir el castillo mas hermoso, sin arena ni cemento, solo en mi mente, en el aire, mientras compartía un mate con mis amigos.
Nunca olvido, aquella tarde con mi mejor amiga, hace muchísimo tiempo, en mi adolencensia. Busque la forma de obtener mi tesoro, aquel objeto que deseaba tener, pero por cuestiones económicas no podía, y mi edad tampoco me ayudaba.
Recuerdo que corrí tan rápido para contarte mis planes, quería contarte como obtendría aquello, me lo iba a ganar con trabajo, con solo 13 años arme todo un presupuesto que daba un resultado increíble.
Recibí por respuesta un si, pero lastimosamente no creías en mí, no pensaste que lo lograría. Pero si, lo logre, de una forma u otra, aquel objetivo fijo que quería llegar, llegue al año siguiente, y sin necesitar trabajo. Me lo trajo mi ángel, y me lo dejo en mi puerta como un obsequio, por luchar para llegar a la meta.
Hoy tengo que decirte que eras mi ideal, tenia tanto orgullo de vos, pero mama, me desilusionaste.
Pensé tal ves, tan ingenuamente, que para que tu sintieras el mismo orgullo por mi, y tenia que ganármelo, y en esa prueba que me había propuesto, me destruiste. Fui una de las mejores alumnas en el colegio, pero eso no basto, al término del colegio, en el receso, no soportabas encontrarme en casa. Entonces construí un nuevo plan para poder conseguir tu orgullo. Quería ganarme el peso a peso, en mis vacaciones de verano,. Esto tampoco funciono. Tu orgullo hacia mi era mas difícil de ganar de lo que yo pensaba.
Durante ese tiempo de mi lucha, eh tenido muchos cabizbajos, tanto mis hermanos como vos, se encargaron de maltratarme verbalmente, sin merecerlo.
Llegue a este punto, razone, analicé la situación, y concluí que el tu orgullo lo llevaba ese hermano, el que no hacia las cosas bien, solo tiraba sus desgracias sobre vos, y la mínima cosa que la realizara bien, conseguía tu orgullo para siempre.
Así que querida mama, gracias por darme la vida, todavía tengo un gran aprecio sobre ti, no siento rencor por valorar las acciones erróneas de mis hermanos, solo quería sentirme parte de tu familia y sentir que me querías.
Siento un profundo dolor por ya no sentir orgullo por ti, pensé que eras justa y que tu amor hacia tu hijos era igualitario.
Solo te pido que reveas la situación, pues tengo que contarte algo, aquel Dios del que me iba a castigar por razones que solo vos entendías, estuvo a mi lado cada día de mi vida abrazándome y levantándome cuando la barrera que me ponías hacia ti.
Dios es justo, y no puedo evitar contarte, que era Él quien me seco mis lágrimas, cuando el dolor de mi corazón no calmaba.
Te equivocaste mucho mama, Dios ama a todos por iguales, y Él nunca seria injusto con migo.


Perdón mama si alguna ves hice algo tan malo que nunca sentiste amor por mi.