Una vez me preguntaron el significado de la palabra madre.
Algunos creen que ser madre significa simplemente parir. Otros, en cambio, que es más una cuestión de sentimientos. Yo pienso que no sólo se trata de parir o de querer mucho a un hijo... Ser madre implica mucho más que todo eso. Para mí, ‘ser madre’ empezó el día en que tuve a mis hijos en brazos y cruzamos nuestras miradas, creando así un vínculo de unión para toda la vida y el compromiso de hacerles feliz.

Lo cual no implica darles todo lo que pidan. Un profesor me contó una vez la historia de una madre que acudió a él desesperada, diciéndole que su hijo se había convertido en un tirano sin sentimientos (ella, que todo se lo había dado en la vida, y él ahora así se lo pagaba). A lo que el profesor le respondió que ese había sido el problema. Es muy importante, ya desde niños, ponerles límites.

Ser madre es más que parir, biberones, pañales... Noches en vela, cuando son bebés (con su llanto, porque no tienen otra manera de expresar sus necesidades), y cuando van creciendo los problemas son de otro tipo. Situaciones que vas superando con mucha paciencia y un gran amor por tus hijos. Un amor incondicional que supera todas las vicisitudes que la vida te da.

Lo más maravilloso que para mí hay en el mundo, es el hecho de poder crear vida. Levantarme por las mañanas después de pasar una mala noche (por los problemas del día a día) y ver esas sonrisas en su cara... Me devuelven la vida. Doy gracias a mis padres por haberme querido tanto, por enseñarme los verdaderos valores (como el amor de unos padres a sus hijos) y por haberme dado una vida maravillosa.

No quisiera olvidarme del resto de las madres. Sí, de las que por circunstancias de la vida, no han podido tener un hijo biológico. Y, sin embargo, no han renunciado a la posibilidad de ser madres. Estas mujeres merecen todo mi respeto y admiración, porque a pesar de las adversidades (como es el tema económico o cumplir ciertos requisitos) luchan por ese sueño y están dispuestas a sacrificar su vida por un hijo que, sin ser biológicamente suyo, son capaces de amar.

En fin, que ser madre es lo mejor que me ha pasado en tres ocasiones.