Amasando
un moco duro
de la cocaína
nocturna
antes de tragarlo.
La resaca me parte
la cabeza
odio y bilis
por vivir.
Un sol
brillante
y abrasador.
¿Castigo divino?
Como un ricotero
repito
maldición
va ser un día hermoso.
Camino sonámbulo
entre zombies.
Solo unos labios
de fuego
podrían rescatarme.
O una serpiente
venenosa.
¿Podrían?
Me conformo
con un porro.
Esta noche
me tomo otra bolsa.
Texto agregado el 20-01-2010, y leído por 113
visitantes. (2 votos)
Lectores Opinan
20-01-2010
a veces asi estamos con el aramadito entre los dedos, pensando en cojudeces... gabov
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