Siento una gran pena por el hoy pueblo más pobre del mundo, menos suerte y quizá poco futuro.
Un lugar donde toda su historia fue maltratada, con ineficientes gobernantes que solo están en el poder para saquearla y explotar al pobre trabajador que se conforma con comer pan hecha de arcilla amasado con un poco de azúcar, secadas en el suelo expuestas al sol. Un pueblo que todavía rebusca desechos en la basura como pequeños jabones, cartón u otras cosas que nos parecerán extraños. Eso es Haití un pueblo de 10 millones sumido en lo más profundo de la pobreza, colonizado por Francia, puerto de esclavos, país de gobernadores en descendencia como los Duvalier. Ese es Haití un pueblo maltratado, un pueblo que negará porque no sea otra vez colonia. No lo creo. Ellos no lo aceptaran. Las guerrillas se multiplicarán. La barbarie continuará, el intervencionismo acechará, y otras cosas más que harán de Haití, nada
Más allá del sismo que los sumió más en la pobreza, Haití siempre ha sido inestable, ultrajada, pobre, saqueada hasta que ya no la necesitaron y la abandonaron, así la ONU quiera ayudar, no hacen nada, solo contribuyen a la violencia con sus cascos azules.
Paradójico es el hombre en su actuar. Una nación pobre y tiene o tenía el palacio más ponderoso que cualquier otro, era un palacio de otra nación, porque de seguro de esas grandes ventanas se podría ver la pobreza de sus habitantes, de sus reclamos, de su dolor, esos ojos del miserable René Preval, que ahora se esconde, se amilana, se calla, no ayuda, y de seguro escapará, porque lo querrán matar por delincuente, o por su ineficiencia. Ahí están los haitianos pegados al palacio ilusos, pidiendo ayuda a alguien que nunca gobernó al pueblo que lo Eligió. Crecerá la violencia en Puerto Príncipe, por el hambre, por el robo, por los muertos, por la vida.
Harán la reconstrucción con el dinero de EE UU. pero seguro aprovecharán para insertar su ejército, para intervenir cuando no le corresponde. La ONU debe establecer qué papel le toca ahí a los gringos, a parte de ayudar, ya han reclamado otros países como Francia, Cuba y Venezuela, y eso lleva al conflicto en cuanto al estado de derecho, o al reparto de alimentos, aprovechan la desgracia de Haití para mostrarse al mundo como salvadores. No saben que se vende el agua, se vende lo que otros países han donado, por no centralizar las donaciones al estado o a la ONU, hay camiones de alimentos que son asaltados y otros que desaparecen, han matado a un hombre por robar alimentos, y seguirán las muertes. Ha una semana del sismo y no ha llegado la ayuda hasta este momento. Cuánto demorará. No lo sabremos.
Y las replicas recuerdan la tragedia y los obligan a vivir en la calle, levantan sus carpas, o sin ellas, cocinan aguas y algo más, se bañan en la vía pública, está llegando la enfermedad por los muertos, los heridos se mueren, sus cuerpos se gangrenan, la esperanza se dilata, y las naciones poderosas tratan de tener el poder en medio de la desgracia.
Como persona y como peruano que ya ha sufrido de sismos, como la de nuestra vecina ciudad de Pisco, que lamentablemente hasta hoy no se recupera, por la ineficiencia, el tráfico, la delincuencia gubernamental que impide tal progreso. Solo me queda decir que estamos con Haití en su desgracia. Con Haití y cualquier pueblo en desgracia natural o humana.
Terremoto de 7.2 en Haití, en Puerto Príncipe En la noche del 12 de enero del 2010
......................................................GABO...
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