Llegó el soldado triunfante
Bajo lluvia de verano,
Es un rayo refulgente
Mas ha vuelto sin su hermano,
Le ha dejado sepultado
En el campo de batalla,
Con un himno le han honrado
Bajo el cielo de vainilla.

La brisa aclara su rostro
Y disimula su llanto,
Los vencidos desde un astro
Le confortan con un canto.
Que mi espada sea testigo
Del amor a mi nación,
He dejado cada amigo
Defendiendo con pasión

Una tierra que es de nadie,
En una guerra sin razón
He observado la barbarie,
He dejado el corazón
Inhumado con mi hermano,
Y hoy yo juro ante el mal
Con ésta daga en la mano
Que no sirvo a ni un mortal.

Bajen ante mí la frente
Todo conde y cada reina
Pues no hay quien a mi se enfrente
Cuando el hierro desenvaina.

Soy vasallo del rencor,
Me destierro de patrias,
Soy del viento el servidor,
Peleare por mis batallas,
No habrá rey o principado
Que a mi voluntad soberbia
Ponga un precio devaluado,
Hinchen sus pechos en rabia,

Pero yo no he de pelear
Por un triste afeminado
Que se sienta en un altar
Y a su gente ha condenado.
Bajen ante mí la frente
Todo conde y cada reina,
Pues no hay quien a mi se enfrente
Cuando el hierro desenvaina.