Inicio / Cuenteros Locales / VGC_Kempis / Sin prisa
A la hora del almuerzo el viejo Daniel se sienta en la mesa de la cantina, una mujer visiblemente más joven que el lo acompaña, Daniel se ve feliz, su acostumbrado temblor de manos, síntoma del Parkinson, se ve mitigado por la prisa de servirle una copa, de ofrecerle una silla, de buscar su mano, el tiempo pasa y todos tenemos prisa por ir de vuelta al trabajo, tenemos compromisos esperando en la oficina , casi al mismo tiempo nos levantamos de los asientos, pero el viejo Daniel se queda en el suyo y viendo a los ojos de ella nos dice, nosotros nos quedamos, yo ya no tengo tiempo para tener prisa por nada. |
Texto agregado el 19-01-2010, y leído por 87
visitantes. (2 votos)
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Lectores Opinan |
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19-01-2010 |
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excelente reflejo de lo que viven los "parkinsonianos", además de vivir la enfermedad viven la discriminación por ser lentos en un mundo de apuro. NeweN |
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19-01-2010 |
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un relato que da para mucho mas, pero es tuyo no me puedo inmiscuir. igual mis cinco para usted. santostobar |
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