Hay laureles y claveles
flores secas y floridas
almas puras y atareadas
canciones desembocadas.
Llanuras insondables
miserias que te laceran
lamentos, lágrimas
hay un rutilante emblema.
Hay penas, milagros
ausencias, presencia
locura, llanuras, olvidos
hay…que nada calma mi ser.
Nada me fatiga más que ver,
oler, sentir y saber, que es así
nada me consuela más que
yo misma, después del día.
Todo es, fue, y nada más
quedo, se fundió, se arqueo
se escapo, de la fatiga,
deambulo sin nombre.
Escucho el timbre del fin
lamento que fuera tan débil
se puede ver un sol de día
se puede ver como cruza.
Se siente que ya no es
que fue y nada más,
que venga el tiempo
que me diga donde dejo
mi tesoro, donde esta.
MARÍA DEL ROSARIO ALESSANDRINI.
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