"Parece' mentira las cosas que veo, por las calles de Montevideo".
-Jaime Ross - Se va la murga

Un hombre mayor de luenga barba y raída indumentaria. Tocaba un instrumento improvisado a manera de guitarra, construido con una lata de aceite Óptimo, un palo (seguramente de escoba), unas cuerdas que quien sabe de dónde había sacado y un frasquito que utilizaba para presionarlas y obtener distintos tonos. Tocaba con él un melenudo de 30 y pico, pelo negro y su instrumento era una guitarra con un soporte en el cual había montado una armónica. El dúo solía situarse cerca de la actual Sala Zitarrosa (en aquel entonces era el Cine Rex). A veces tocaban en la Plaza del Entrevero. En cierta oportunidad, antes de que en mi casa hubiéramos obtenido teléfono, me mandan a hacer una llamada a unos familiares desde el teléfono público de un bar. Necesitaba cambio de un peso (la llamada costaba 10 centésimos) y el tipo del bar me dice “no hay cambio”. En eso veo al hombre de la barba, sentado en una mesa al fondo, quien con un gesto un tanto patriarcal, me llama y me da una moneda de 10 centésimos.

© Eytán Lasca-Szalit, julio de 2002