Hemingway soñaba con
atrapar
un gran pez
al que acechaban
tiburones.
Después de muchisimos tragos
y mujeres,
se volo la cabeza.
Maiakovsky
soñaba con maquinas
que liberaran al hombre del trabajo
y que fueran poesía.
Desengañado del amor
-y de Stalin-
se volo la cabeza.
Salpican los sesos
libros viejos
y grandes sueños.
La letra con sangre entra
y si no
cuesta sangre.
Texto agregado el 16-01-2010, y leído por 110
visitantes. (1 voto)
Lectores Opinan
17-01-2010
Todo el que sueña es un suicida en potencia. A veces suicida físico, otras, suicida intelectual. Pero los sueños quedan. Me gustó. renovarse
16-01-2010
A veces uno se suicida unas cuantas veces, frustrado por adversas realidades y problemas que, verdaderamente, sólo uno mismo conoce o cree conocer. Y un día la penúltima vez pasa a ser la última. Un tema clave. Buen texto. ***** walker
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