"... Cada paso consumía el frío silencio del lúgubre lugar. Las sombras se extendían con libertinaje sobre las pétreas paredes. Mi propio aliento intentaba huir desesperadamente.
Unos árboles demostraban inquietud al ser devorados por la brutalidad de los vientos. La macabra danza de las hojas secas provocaba una cierta inseguridad de mis piernas para continuar.

Una silueta se marcó a unos metros frente a mí. Mi cuerpo pasmado no recibía órdenes. La sombra comenzó a avanzar- Logré percatar que la base de aquel ente no hacía contacto con el suelo.
Mis pies reaccionaron pero paulatinamente. Mis manos sudaban. Mis ojos olvidaron como pestañear. Mis rodillas se dejaron caer.
La sombra irradiaba sonidos ensordecedores, como un silbido supersónico.

La frialdad del subsuelo navegó por entre mis ropajes. En ese instante, sentí que mi alma huyó sin misericordia dejando a mi cuerpo inicuo, sin amparo.
Fue entonces cuando aquel truculento espectro irrumpió en mis entrañas desequilibrando mis sentidos. Sentí que merodeó dentro de mí como si buscase algo o tratara de apoderarse de mi cuerpo...

Al abrir mis ojos, el astro de luz propia ya dominaba esta parte de la tierra. Desperté con una sed, una sed instintiva que perpetuaba para tomar el control.
Mil imágenes se acordonaron frente a mis ojos, imágenes de injusticias de mi pasado. Una voz interior despertó un gélido sentimiento que pronto enfurecería mis manos.

Pensé en aquellos mentecatos que siempre se burlaban de mí; en aquellos profesores que nunca comprendieron mis pensamientos alejados del fundamentalismo; de mis estúpidos familiares que desahogaban su ira contra mí y de mi maldito padre que reiteradamente abusaba de mi madre frente a mi ...

Mi rostro comenzó a sulfurarse, mis manos contraídas provocaron daño contra sí mismas y en ese momento recordé las veces que planeé venganza...


... Ahora la deseo también...
... peroooo...
... ya no me parece tan macabra ni despiadada como antes..."