Suculento olvido hierve
en los esperanzados
patios del alma
inquieta de los tan pocos.

En la cama, espera sólo nuestro silencio
y en la mesa ,frente a la ventana
lloran sin consuelo ideas de felicidad
abrazadas junto a las utopías
de siempre por cambiarlo todo.

Como un perro rabioso
mordemos las paredes
del tiempo, insultamos a la vida
que creemos vendida
sin saber que no cuesta nada.

El viaje hacia la desesperación
por tenerlo todo es infame y corto
y como una mosca borracha
damos vuelta tras vuelta
buscando respuesta sobre
el sin sentido de esta vida regalada.

En la fosa de la farsa
nos acostumbramos a vivir,
como abominaciones falladas
sin noción alguna
de querer o intentar
ser solo animales
con la condición de encajar
en el mundo nada mas.

Teníamos que sobresalir ,aunque sea,
siendo depredadores sin causa ,
sin un propósito,
mas que perdernos en la nada

Nunca termina ,siempre es la misma ruta
el mismo paisaje natural,
la misma creación de destrucción
donde nuestro ignorante ser,
nos acostumbró a estar.

Donde como perros rabiosos,
sin entenderlo. Vivimos y nada mas.