¿Dónde estás?,
el oscuro silencio féretro de la noche,
dibuja tu rostro fantasmal,
transformando los mil rostros de las mil mujeres,
en una escultura única y atómica.
La luminosa luz sol,
del lejano paisaje en que me veo diminuto mirándome a los ojos,
va moldeando tus pómulos invisibles,
y tallando tus labios uvas y tu sonrisa miel.
Lo cristal del arroyo que se desplaza como la vida vértigo,
y que observo pasar a la orilla arrodillado,
devoto silente y abúlico,
transforma el manantial frio en tus ojos cristalinos,
brillando como la luz desnuda del deseo del alma.
La suave caracola solar,
el indiferente viento,
el piadoso trigo,
el majestuoso mar,
le dan forma a tu profundo pelo,
poderoso alimento de mis sienes nocturnas.
Oh!, ahora imagino tus senos y tu vientre,
¿Dónde estás? |