El siempre la cruzo, aunque al caminar se tambaleara para los lados por tener poco equilibrio.
La verdad, no era que le agradara pero como todo el mundo lo hacia él no queria ser diferente; cuando no habia nadie por alli aprovechaba y no seguia la linea, se sentia muy feliz y se decia asi mismo que nunca volveria a cruzarla pero al dia siguiente al ver tanta gente seguirla, se sentia obligado; tal vez por ser un poco cobarde, y volvia a hacerlo.
Texto agregado el 18-06-2004, y leído por 140
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Lectores Opinan
15-07-2004
Lamentable juego de necesidad de no sentir la soledad y terminar entrando al pandemonium de la sociedad ElCuervo