Claro yo sonrío imbécil y feliz de ser o seguir siendo o incluso de estar dando un paso por el jubiloso camino el terreno de la fraternal juventud que emanan los pasillos de este templario del saber en el que me escondo entre clases y laboratorios entre el bar y el zoo donde descubro que mi prójimo no es tan prójimo es mi estúpido rival mi monigote sin risa ni sonrisa el hermano que me juzga o me ignora o me pisa o me confunde con cálculos con fechas de exámenes con entregas de papeles que siento estériles cuando miro mi luna redondo horizonte de marfil en el que clavo el puñal de mis dudas el péndulo que oscila sin darme un sí o un no escondo mi cabeza aturdida en tu cuerpo joven tu vientre redondo y joven también tus cálidos senos y tu dorada piel que sigue el ritmo lejano del infinito placer que recibo cuando nuestro vesubio de lava orgásmica pinta de colores el blanco y gris de mi angustia o cuando tu mano escribe otra línea en el libro que es mi vida sin saber si estarás en la página de mañana si volverás tan siquiera a escribir con tu mano en mi libro por rechazo a mi prosa a mis fobias por rechazo a mi forma de entender las cosas a medias de ser un juguete sin pilas pero con fe un soñador a mi manera un impostor o un gigoló qué más quisiera que poder convertir los minutos en horas cuando divago implacable en mi ilusorio mundo mi opaca vida paralela donde nacen mis duendes donde respiro un café le confieso a alguien un deseo respiro la nube que pasa o me siento exhausto y vacío a dormir