Cada vez que pasaba por el pasillo que daba al taller de pintura de mi tia abuela, me daba mucha curiosidad; entre tantos artefactos antiguos, lienzos, maquinas de coser, teteras, jarrones, pinceles, vitrales mágicos, relicarios, verdaderas maquinas del tiempo, que seguramente tomaban vida, porque desde que ella no pudo estar mas allí, los taparon con gruesos sabanas blancas, ahora roídas por el olvido..
Los mayores de la casa, lo único que se permitieron sacar de aquel taller, fue ese retrato misterioso, perfecto, enigmático, deslumbrante, exuberante donde dos niños tomados de la mano, con suma complicidad, compartían la orilla de una playa en un salto eterno reflejando su luz, juventud, energía y amor. Ese día supe que eran mis tíos abuelos de niños los protagonistas de la foto, jugando en una limpia playa publica, que en nuestros días ya no existen, hace mucho mucho tiempo, cuando los achaques no le consumían los huesos y sus cuerpos no temblaban por el parkinson.
Este es el tesoro de la familia, el retrato que escuda toda la historia, que da nacimiento a muchas generaciones, ahora la foto esta colocada en el pasillo del taller donde ahora los mas chicos aprenden pintura, es el combustible para seguir adelante, para luchar cada día, ese que nos cuenta que la felicidad y la libertad pueden ir de la mano… ... Ver más...
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