Cuando el frío despertó la conciencia
lo recorrido fue un abismo inmenso…
silente y profundo, pero tan dulce
que mi alma engañada encontró consuelo…
de amor, de un ayer, de los “tal vez”
que quedan perdidos en el tiempo…
Ahora duele, hasta la última fibra de piel,
quema la verdad... como el pecado... el más antiguo,
ciego busco tu mano y sólo queda el recuerdo
de su calor… tu olor, el sabor…
maldita quimera que se río de mí
mientras caminé por la cuerda floja de lo inicuo,
transgrediendo mis convicciones,
insistiéndome en probar la dulce amargura
de lo vedado, de lo impensable, de lo indebido…
Pero no existe recuerdo (quizás un susurro...)
de alguna razón que me impidiera continuar…
las ganas se desbocaron junto a la inconsciencia,
no fui más dueño de mis emociones
y dejé que esos besos me arrastraran
por suspiros que jamás había exhalado …
La oscuridad de esta atmósfera turbia
es el desasosiego de lo desconocido,
de lo que no se ha vivido, de lo incalculable…
Hacia dónde dirigiré los pasos…?
dónde está la cura para volver a la vida!!,
a esa… mi realidad que pareció desdichada,
llena de amores ganados con yugo y esfuerzo,
de cotidianeidad absoluta y absurda a veces…
Cómo vuelvo a lo que quizás ya no merezca,
porque estoy lleno de irresoluciones,
lleno de dolor, de un sufrimiento áspero
que corroe mi sensatez.
Cómo arrancar las huellas de cada palabra,
de cada beso y cada tañido del corazón
que acompasado gimió contigo,
en cada noche culposa y tibia,
sediento y furtivo…
Dónde guardo los recuerdos que son un mundo…
Cómo cargo con las ganas de seguir ensuciándome,
Cómo separo lo bueno de lo malo...
Si en la maldad está mi vida
y en lo correcto mi abatimiento...
... Y sigo ahogándome en tinieblas frías,
palpitando mi cabeza en desesperación,
A quién pregunto… a quién podría mirar a los ojos
y decirle que acabé con mi existencia
porque quise creer que me pertenecía?
Y sigues ahí… observando, calculando,
deseando que sea yo quien cabe la tumba
que encierre lo que nunca debió salir…
... para hacerlo, tendré que comprar las fuerzas
de lo que viene, de tu futuro,
de lo oportuno de tus nuevos amores,
de tu decisión de volver abruptamente
a lo sano y normal...
ironía!! después que fue mi garganta la que predicó lo correcto,
la misma garganta que apagó su quejido con tu beso…
Y así… sigo preguntándome hacia dónde enfilo la mirada,
y recopilando los motivos para dejarte fuera de mi ser...
Cuando lo consiga… volverá la luz,
podré sentirte cerca, sonreír
y asumir que las quimeras son sólo eso…
sueños... que no sirven cuando no se convierten en realidad.-
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