Despierto por las mañanas por inercia, sin el mayor deseo de seguir pestañando. Optar por mantener mis ojos cerrados ha sido mi prioridad por más de 100 horas. La confusión y el enredo se han convertido en los protagonistas de mi vida, ah sido horrendo debo agregar, pero respecto a esa situación mucho no puedo hacer. Y si les contara las cosas que siento, añoranzas nadan en mi corazón, vientos de recuerdos e ilusiones, deseos y frustración se aglomeran en mi mente. Inexplicablemente todo se une en contra mía, y no es que yo sea una blanca paloma, pero recordar daño que le eh echo me ah sido una odisea, puesto que más buena y entrega no pude haber estado. Quizá es el Karma, pero ¿Es posible que siga?
Y si les siguiera contando; La añoranza luchando tormentosamente con los recuerdos en un pacto desigual. Jamás los imaginé juntos, pero hoy los veo y mis deseos de felicidad cada vez se tornan más opacos, casi invisibles. ¿Qué debo hacer? Mi conciencia sólo se limita a bloquearse, cerrar puertas y ventanas, el corazón grita ¡Olvido! Y yo sólo quiero dormir ¿puedo dormir?
-¿Qué debo hacer?- Vuelvo a repetir, esta ves con lágrimas y con la respiración más agitada, es que las cosas han llegado a un punto en que ya no puedo tolerarlo, siempre eh sido bastante sentimental, pero confieso que en esta oportunidad eh sufrido mucho, y de verdad que considero que ha sido gratis. ¿Qué debo hacer? Me repetí casi en un estado de desesperanza y fue en ese preciso momento cuando oí aquella voz, una voz cálida y dulce, lejana y a la vez familiar -¡Olvidar!- dijo y desapareció en mi conciencia a la vez cerraba mis ojos para olvidar |