En las tardes bogotanas cuando el sol a veces era intenso, hacia tanto calor que solo provocaba quitarse la camisa y darse una siesta, por que después del almuerzo daba tanto sueño que en algún momento de la corta jornada laboral que quedaba, comenzaban algunas personas a flaquear y sus cabezas se movían de un lado a otro, pestañeando por que los ojos ya no resistían mas las ganas de dormir y entre esas personas era justo Samuel quien mas rápido caía en un profundo sueño, acompañado de un sudor leve provocado por la luz que entraba intensamente por el gran ventanal de su oficina, la temperatura que poco a poco aumentada lo arrullaba lentamente y llenaba todo el entorno invitándolo a soñar, sin embargo el temor de ser descubierto hacia que se sobresaltara despertando al instante pero no lo suficiente y volvía a caer en la tierra de Morfeo. Esta situación venia presentándose todos los días desde el primero de septiembre día en el que el cumplía 24 años y llevaba así casi dos semanas, sin embargo no era el tiempo que llevara lo importante si no las imágenes que venían en sus sueños cada tarde.
Todo comenzaba con una luz naranja que caía sobre un valle de un verde intenso, casi igual a la que entraba por su venta cada tarde cuando el sol era muy brillante, esta luz era proyectada por un atardecer y así mismo los cielos dejaban de ser azules para fusionarse con el horizonte, como si algo se tragara al sol obligándolo a desaparecer, pero antes de que el astro gigante cayera, el sueño conducía a Samuel hacia el centro del valle en donde se erguían seis enormes paredes las cuales parecían haber sido forjadas en acero o un metal mas resistente y al rodearlas se podía ver claramente que formaban un hexágono, pero no había ni puertas ni ventanas y lo único que rodeaba esta fortaleza era un silencio en donde solo el viento parecía silbar entre las hiervas del enorme valle.
Sin entender el extraño sueño, Samuel seguía rodeando la fortaleza y de vez en cuando tocaba las paredes las cuales eran frías como cualquier otro metal, con la diferencia de que estas tenían una complicada filigrana que las hacia lucir como un templo antiguo y que con la caída de la tarde parecían absorber de una manera especial la poca luz que quedaba.
Aunque en el mundo real el ocaso aun no estaba tan próximo a llegar, en la visión de Samuel quedaban ya pocos segundos para que solo reinara la noche y fue ahí cuando este escucho un fuerte estruendo que venia del cielo, lo que lo obligo a mirar inmediatamente hacia arriba permitiéndole ver que justo sobre cada pared se habría una especie de portal del cual salieron seis gigantes con luz propia, electrizados por un azul celeste y acto seguido a esto pisaban con fuerza cada una de las murallas de metal como intentándolas enterrar en el suelo, cuando esto sucedía Samuel retrocedía inmediatamente por que en medio de su sorpresa se asustaba un poco. Cuando cada gigante estaba posicionado pasaba algo inesperado, las paredes trataban de desplazarse violentamente del centro hacia fuera de su posición actual como buscando abrirse, pero entonces los gigantes saltaban inmediatamente y caían nuevamente con fuerza enterrándolas aun mas evitando que estas se expandieran, pero lo que sea que intentaba abrir la enorme fortaleza también arremetía contra las misma buscando ganar la contienda, entonces los gigantes al percibir que perdían terreno saltaban hacia el suelo por fuera de la fortaleza y tomaban nuevas posiciones frente a cada pilar y empujaban con fuerza, obligando a las paredes a retroceder los pocos centímetros que habían logrado recorrer.
Samuel presenciaba todas las tardes la misma historia en los 10 o 15 minutos en los que quedaba profundamente dormido, pero como todos los días no lograba entender por que el sueño se repetía de la misma manera, con las mismas imágenes cada tarde.
Lo único que lo tranquilizaba era el saber que en el sueño los gigantes contenían con destreza lo que sea que resguardaran las paredes, por que en el fondo de sus pensamientos el sabia que no era nada bueno y si eso que estaba atrapado escapaba podría pasar algo terrible.
Lo cierto era que Samuel no estaba muy lejos de la realidad, el sueño repetitivo era solo un mensaje de algo que estaba por venir, algo que realmente cambiaria su vida, su mundo individual y que por supuesto el solo podría remediar. Se podría pensar que el era el elegido para detener al mal que contenía lo que el llamo la fortaleza del ocaso, pero aunque parezca un cuento de hadas y elfos no era así.
Cierto día en la cuarta semana de septiembre cuando el sol parecía mas ardiente que nunca, Samuel no sintió sueño alguno, talvez se debía a que tenia mucho trabajo acumulado e informes por entregar, pero ya era tanta la costumbre de tener aquel extraño sueño, que al mirar de vez en cundo por su ventana le parecía ver el cielo enrarecido o tal vez simplemente él sabia que el mal con el que soñaba se acercaba cada día mas, sin saber que hacer o decir por que lo tomarían por loco seguramente.
Sin embargo ese día no tuvo la necesidad de dormir, pues cuando caía la tarde y disfrutaba de una taza de café con sus amigos, vio como detrás de la maquina que preparaba las bebidas calientes, se asomaba una sombra que a su vez se veía tocada por los últimos rayos del sol igual que en su sueño y aunque trato de no entrar en pánico, sintió como le faltaba el aire y todos sus compañeros vieron como su piel se tornaba pálida como si hubiera visto a un fantasma, para luego soltar sin previo aviso su taza y caer estrepitosamente en el suelo quedando en un estado totalmente inconsciente, momento en el cual el sueño se repitió de la misma manera, solo hasta donde las paredes de la fortaleza trataban de desplazarse, por que esta vez uno de los gigantes no pudo hacer retroceder a tiempo el tremendo empujón que venia desde adentro y Samuel pudo ver como pequeñas sombras sin rostro se escapaban y se metían en diferentes lugares del valle, marchitando y secando el verde pastizal dejándolo de un color ocre igual al que tienen las hojas de los árboles cuando es otoño, sin embargo el gigante arremetió con fuerza nuevamente y sello el pequeño orificio vertical que se hizo en el vértice que unía cada pared, evitando así que las sombras se salieran.
Las áreas marchitas del valle aunque eran pocas, desentonaban con la belleza del mismo y hacían lucir enfermos los prados que anteriormente se veían tan hermosos con la luz del atardecer, y Samuel sin poder hacer nada como en todos sus sueños despertó sobre una de las mesas de la cafetería, mientras le daban a oler un poco de alcohol para lograr que volviera en si.
Sus compañeros le preguntaron muchas veces si se sentía bien, a lo que el respondía siempre que si, pero nada era menos cierto ya que un terrible miedo lo invadía con cada sueño y empeoraba con los desmayos que se presentaron desde ese día, en total fueron cuatro desmayos mas, lo que lo llevaron a buscar ayuda profesional para interpretar su sueño.
Samuel solo podía pensar que el mismo infierno se abriría para devorarnos a todos y quemar hasta el último de nuestros huesos. ¿Acaso el era la clave para salvar su mundo? Probablemente si, pero eso solo lo sabría hasta que descubriera que significaba el sueño y como podría no solo evitar que las sombras se escaparan, sino destruir por completo la fortaleza y su contenido.
Finalmente después de algunos días de espera, logro hablar con una psicóloga con la cual él esperaba resolver el acertijo y que debía hacer, por lo tanto contó con todo detalle el progreso de sus sueños y la visión que tuvo de la sombra sin estar dormido, a lo que la psicóloga tomaba atenta nota de todo lo que Samuel decía y formulaba algunas preguntas que surgían en medio de la charla, mientras el tiempo transcurrida a Samuel le comenzó a doler levemente la cabeza, talvez debido a la emoción que le provocaba contar su historia, cuando de repente su interlocutora le pregunto si se sentía bien, alcanzándole un pañuelo desechable, indicándole que se limpiara la nariz por que de ella broto un pequeño hilo de sangre el cual Samuel no había sentido.
Este acontecimiento, solo podría significar que las visiones pronto se harían realidad y sin lugar a duda una visita al medico para controlar las hemorragias que le provocaban los enigmáticos sueños, ya que el cielo por el mes de octubre se encontraba mas enrarecido y las personas a su alrededor parecían cada vez mas distantes como envueltos en un velo que hacia ver todo monótono y sin sentimientos, cada hora que pasaba y así con su respectivo día, solo incrementaban las posibilidades de Samuel de volverse loco, pero mientras eso se definía en su cabeza, las búsquedas por Internet y las visitas a las bibliotecas publicas no daban resultado, por que el pobre seguía sin descifrar el mensaje que traía implícito el sueño.
Samuel ya no podía dar mas largas a su visita al medico, pues sus dolores de cabeza después del sueño eran mas intensos al igual que sus hemorragias nasales y todo esto sucedía después de tener su acostumbrada visita a la fortaleza del ocaso, sin embargo unos cuantos exámenes y análisis cerebrales fueron las únicas opciones que le dio, invitándolo a venir por los resultados en dos semanas aproximadamente, pero lo importante en esta historia es que pase lo que pase las cosas siempre suceden por alguna razón y por supuesto tienen un final, no importa el que sea y fue así como Samuel por fin encontró una posible solución a la pregunta que le generaban sus visiones, en un panfleto que anunciaba a un famoso adivino que aseguraba conocer todos los enigmas de la humanidad y que a un bajo costo develaría lo que este oculto entre el cielo y la tierra.
Como era de esperarse el adivino dio cita a Samuel, el cual estaba lleno de ansiedad, por que sentía que estaba en un buen camino para resolver su problema y como era obvio el remedo de oráculo, le dijo al incauto lo que él supuestamente quería escuchar, lo cual era mas o menos así: “Eres un hombre de grandes visiones, pero aunque puedas ver tu futuro, este solo te traerá sufrimiento a ti y a las personas que te rodean” hasta aquí Samuel estaba convencido que las sombras vendrían a causar dolor a sus seres queridos, “Solo tu tienes el poder de detener el mal que se acerca y evitar el sufrimiento que traerá consigo la fortaleza que ves en tus sueños” y con estas palabras en definitiva Samuel quedo completamente seguro, de que el seria un héroe y que por sugerencia del adivino ahondaría mas en sus sueños por que según él la solución también estaría rodeando a la fortaleza para destruirla completamente.
Esa misma noche después de su impulso renovado, obtenido en su sesión de adivinación paso algo terrible, el mismo sueño se dio pero la fortaleza estaba comenzando a tener grietas, las cuales ni los gigantes podían reparar, dejando escapar como gotas de agua a las pequeñas sombras que marchitaban el valle, Samuel se despertó sudando y con su almohada empapada de sangre, por que ya no había sueño que no le provocara una terrible hemorragia, sintió angustia, locura momentánea, pero el saber que el seria el héroe de la historia le daba la energía que el necesitaba.
Su visita al medico, aunque le parecía tonta ya que la solución solo podría venir de él, tenia que hacerse por que un héroe no puede estar derramando su sangre por la nariz y perder sus fuerzas poco a poco, así que el medico era la salida mas fácil para controlar los dolores y sus pedidas de sangre.
Los exámenes ya estaban listos y Samuel pronto comprendería que en la ciudad de Bogota los héroes, pueden ser idealizados en personas comunes y corrientes, sin ninguna habilidad especial, ni con sueños premonitorios como los de él, por el contrario aprendería que en lugar de salvar a la humanidad entera era él quien necesitaba ser salvado, después de que el doctor le explico sus análisis cerebrales “ Samuel los exámenes que te practicaste, indican que tienes un tumor cerebral que esta haciendo presión constante en tu cerebro y todo parece indicar que sigue creciendo, esta es la razón de tus hemorragias, de tus desmayos y también de tus alucinaciones”, el pobre casi se desploma al escuchar las palabras del Doctor, pero seguía sin entender la extrañeza de sus sueños, así que después de calmarse un poco, pregunto lo que cualquier persona en su sano juicio preguntaría en esos momentos “ ¿Doctor y ahora que puedo hacer al respecto?” pero lamentablemente Samuel se dedico a idealizar una fantasía, en la cual gasto tiempo valioso y ya nada se podía hacer “Lo siento mucho, pero el tumor ya no es operable, lo único que te puedo ofrecer es un tratamiento que te alivie el dolor para que tengas una calidad de vida aceptable”
Samuel quedo sin palabras y finalmente se fue destrozado, con la única esperanza de encontrar alivio en la psicóloga que también lo estaba tratando, él le contó todo lo sucedido y después de llorar desconsolado, por que cuando la muerte esta tan cerca, algunas personas solo sienten una terrible impotencia, así que llorar a aparte de su tratamiento, era lo único que en esos momentos le daba alivio.
La psicóloga después de escuchar atentamente como siempre lo había hecho le explico “Ahora esta muy claro el por que de tus sueños y aunque parecían complicados, te puedo decir que tu cuerpo y tu mente trataron de advertirte del peligro que corrías y con el avance del sueño, tu enfermedad también daba un paso adelante, ahora es claro para mi y espero que para ti también el hecho de que el valle verde intenso eras tu mismo en todo su esplendor y la fortaleza del ocaso como la llamaste, era la imagen grafica de tu cuerpo luchando por contener el tumor que te invade, por otro lado, los gigantes eran tu voluntad de luchar por vivir, pero con el tiempo en tus sueños las paredes de la fortaleza se resquebrajaban dejando salir al mal que amenazaba con destruir el mundo que querías proteger, marchitando todo a su paso, como ves Samuel, el prado seco y sin color son solo las muestras del deterioro de tu estado de salud”, concluyo la psicóloga.
Ahora ya no le quedaba nada a Samuel, más que el tiempo que pudiera seguir viviendo y los momentos que hasta el momento lo habían hecho feliz. Era increíble para él el solo hecho de haber creído que salvaría otro mundo o a alguien, se sentía tan entupido e irreal que aun no podía aceptar que su muerte era inminente.
Así las cosas de la vida en sus giros tan inesperados, siempre se tiene la oportunidad de inmortalizarse en un recuerdo, en un ideal o en el hecho de plasmar las ideas sobre el papel y con esta idea en su cabeza, Samuel decidió que si salvaría al mundo producto de sus alucinaciones y en sus últimos días de vida, se dedico a escribir la historia en donde el seria un héroe inmolado en medio de las circunstancias, una historia con todo detalle de un universo que merecía ser salvado y en donde la oscuridad no opacaría el brillo de los atardeceres casi mágicos de esas tierras verdes en donde cualquier ser mortal se sentiría a gusto, tan feliz que no importaría descansar para siempre sobre el suave prado, bajo un cielo azul celeste.
Antes de morir, Samuel se aseguro de que su escrito fuera conocido por todo aquel que quisiera leerlo, así que lo publico en la Internet ya que no quedaba tiempo para probar suerte en una editorial que apoyara la publicación de su libro.
La fortaleza del ocaso finalmente se hizo realidad y Samuel descanso en su recuerdo, sabiendo que vivió feliz, lo cual desde el principio hasta el final fue lo que mas le importo dentro de tantas cosas que carecían de toda importancia y a pesar de saber que moriría, no decidió hacer el mayor numero de cosas pendientes para sentirse completo antes de partir, por el contrario solo se dedico a vivir sin temor alguno y con toda valentía su propia fantasía.
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