Mi color favorito: El azul.
Me encanta porque tiene una gran variedad de tonos, cada uno de ellos hermosos, que me producen cierto sentimiento de gusto al verlos. Llenan de vida y belleza lo que colorean.
Me sabe delicioso; se siente como cuando el algodón de azúcar se derrite dentro de la boca. Suave, divertido, sabroso mas no dulce. Mi azul, es ácido.. O al menos, genera en mi ese sentimiento de controversia. Me confundo.. Pero es que el azul confunde-- En el mar, muy tranquilo, hermoso y lleno de paz parece; pero cualquiera conoce la voracidad del mar, y lo furioso y terrible que se puede poner de un momento a otro.. El azul engaña..
A el azul es imposible tocarlo, pero sí es posible sentirlo.. Es rico sentirse azul.. Escuchar canciones azules, (como las de Coldplay), pensar (en el pasado, en el presente, en el futuro o en el amor), reflexionar (sobre lo que hice, hago, haré o dejé de hacer) y llorar por un rato. Eso es bueno y a veces necesario para la salud… El azul representa todo eso para mi.. Esos momentos personales que desarrollan mi personalidad. Y que me llenan el espíritu.
El azul, con personificación, me parece hermoso, serio, inteligente, atractivo, joven, interesante, humilde, tierno.. Es mi hombre ideal, mi príncipe AZUL, que aunque irónicamente no se viste de azul, ni parece, ni pretende ser un príncipe, llena todas mis expectativas como mujer; y sería la más feliz si compartiera con él el resto de vida porque sé que toda ella no sería suficiente para conocerlo completamente…
El azul, mi azul, no se quiere; no quiere ser azul. Quiere mezclarse con el amarillo para esconderse en el verde. Quiere mezclarse con el rojo para ver cómo le va siendo morado.. No entiende por qué la gente lo prefiere, ni tampoco por qué escriben sobre él en estos momentos.. Yo tampoco sé y no me puedo volver color ahora para inventarle razones o para decirle que sería feliz mezclándome con él.
Pero sé que sería más infeliz si viera que conmigo ya no es el azul que me encantaba. Así que prefiero quedarme así como estoy; y dejarlo así como está. Prefiero disfrutarlo en mi música, en mi ropa, en el mar, en el cielo, sintiendo envidia de las nubes y de las estrellas que lo acompañan, y sintiéndome feliz de saber que el me acompaña, en mis sueños, en mi anillo, y ahora, en este preciso instante, en mi tarea.
Ana María Molina Arcila.
Lenguaje y Cultura.
UPB – Grupo 012 – Febrero 02 2004
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