¿Cómo hago yo, como le explico?
que a pesar de las obvias apariencias,
lo que sentí por élla, aún lo siento
con la misma pasión, sin esperanzas.
Que lo que ella vio, leyó o ha oído
no pasó de ser un equívoco aspecto
que tricionarla o herir su corazón,
fué lo que menos deseaba, juraría.
El beso de su boca era mi ansia
su cuerpo junto al mío fué mi sueño
¡Tenerla entre mis brazos! Pero ahora
la seda de sus rizos, ya no es mía.
Mil cosas me ha llamado en su ira:
Malvado, piraña, hipócrita, maleficio,
mentiroso, casanova...lo único
que no ha hecho es decir '¡Maldito!'
Cualquiera otra mujer en su lugar
lo mismo hubiera dicho, no lo dudo,
sin embargo, aunque jamás me crea,
nada de lo que ella supone, ha sucedido.
Es muy tarde, su amor ya lo he perdido,
en mi recae la culpa, no lo dudo
pero lo que me duele y más detesto
es haber herido el corazón de esta dama
a quien tanto respeto, sin quererlo. |