La bala revienta en la banqueta, un silbido desnudo y frio corta el aire, el cuerpo yace cual marioneta, el teatro es la calle.
Las riendas las tienen los puercos bañados en sangre, el pueblo solo mira distante aquella escena peor que las de Dante.
Se ha vuelto rutina, escuchar el lamento de una madre, fingir que no pasa nada, esquivar la metralla; se ha vuelto rutina escuchar acerca del bombazo, del niño que muere en la esquina, del viejo que no tiene comida, del corazón que se pierde en el ocaso.
La bala altera el espacio, violando el silencio, el silbido se ha ido arrancando el ultimo aliento, el publico aguarda, el teatro es la calle.
Ni un muerto mas abuelo , padre, hermano, amigo, amiga, vecina, hermana, madre.
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